sábado, 31 de octubre de 2009

Octava italiana decasílaba


Sobre las ruinas definitivas
sobre viejos rastros del presente
sobre el baldío del inconsciente
sobre los restos de la razón,
se yergue la mentira, la angustia
la ansiedad, el amor, la poesía
el color, Dios, luz, la valentía
la verdad o la imaginación

Y a vos quién te juna?

La identidad no existe como atributo íntimo. El verdadero ser de la identidad consiste en irle al sujeto, que a priori no posee ningún rasgo de este tipo, sino que más bien es un manojo de (a veces dispares) tendencias y caracteres. Nietzsche supo sintetizarlo con gran maestría: "El yo es un prejuicio popular" (resumo en esta frase su pensamiento, si es que no la pronunció tal cual aquí aparece).
La identidad entonces (el yo aparece aquí como identidad del conjunto de lo subjetivo respecto de sí mismo) no es una característica propia de este sujeto al modo cartesiano, sino que su génesis es exógena y a posteriori le va a él. Prueba de esta discordancia es la variabilidad de la identidad, que deviene según el lugar desde el que opera o desde el que se la conoce respecto de los límites cualitativos que establece la sociedad o la misma psiquis individual (y aunque expresa la idea, empiezo a dudar de la utilización de este último adjetivo). Una misma persona puede ser héroe nacional en un país, y terrorista en otro. Un mismo objeto puede ser basura en una cultura, y ente de veneración en otra. Vos vas a quererte un día y odiarte al siguiente.
Resumiendo: la identidad es una comodidad, definirlo unívocamente es un "prejuicio popular". Vos sos muchas cosas, algunas de las cuales están en oposición. A veces vas a ser inmejorable, a veces vas a estar en el fondo del pozo. No quiero asustarte, pero las dos son correctas. Bienvenido al caos. La felicidad es una decisión, y consiste en observar desde los altos correctos en el camino caótica de la Identidad.

Juan José Saer

Juan José Saer es no sólo uno de los más grandes escritores argentinos de la historia, sino también uno de los más destacados a nivel universal. Nació en Serodino, Santa Fe, un 28 de Junio del año 1937.


Dictó las cátedras de Historia del Cine y Crítica y Estética Cinematográfica en la Universidad del Litoral durante la década del '60. En 1968 se radicó en París. Su obra abarca cuatro libros de cuentos –En la zona (1960), Palo y hueso (1965), Unidad de lugar (1967) y La mayor (1976), esta última es considerada su más genial producción– y diez novelas: Responso (1964), La vuelta completa (1966), Cicatrices (1969), El limonero real (1974), Nadie nada nunca (1980), El entenado (1983), Glosa (1985), La ocasión (1986, que obtuvo el Premio Nadal en 1987), Lo imborrable (1992) y La pesquisa (1994). En 1991 publicó el ensayo El río sin orillas, y en 1997, El concepto de ficción. El arte de narrar (1977), es el curioso título del volumen que reune el total de la fracción poética de su obra. Ha sido traducido al francés, inglés, alemán, italiano y portugués.


Volvimos al linkeo: entrevista realizada al autor por Ana Inés Larre Borges para el medio Brecha, del Uruguay, mientras éste vivía en Francia (el autor, no el Uruguay), país en el que lo encontró la muerte el 11 de Junio de 2005. Y también, palabras presuntamente de Saer, bajo el testimonio de Piglia.
Personalmente, recomiendo (además de, claro, La Mayor, la lectura de Responso, novela de 1964.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Como los Locos sanos

Delirantes nocturnos
algunos alucinados
tristes solitarios
fanáticos detallistas.

Buscadores de belleza
artistas frustrados
íntimos pensadores
imposibles sensatos.

Lejos de la verdad
convencidos actores
tercos derribados
piden libertad.

Voladores aburridos
se pierden sin volar
a veces cansados
a veces sin mirar.

Miserables perdedores
constantes fracasados
mienten pasiones
les quedan pedazos.

Nostálgicos ateos
cobardes con amor
con gracia disfrazados
colmados de dolor.

Ellos se escuchan
nadie contesta
nada les sobra
algo les molesta.
Melany Scarfia

Jürgen Habermas

Jürgen Habermas nació en Dusseldorf, Alemania, en 1929. Realizó sus estudios en Gottinga, Zurich y posteriormente en Bonn, para finalmente obtener el doctorado en Marburgo en 1961 (con Wolfgang Abendroth como tutor) con una tesis cuyo tema fue "El Absoluto y la historia: De las discrepancias en el pensamiento de Schelling". Fue ayudante de Theodor W. Adorno desde 1956 a 1959 en el Instituto de Investigación Social de Francfort, y luego entre 1961 y 1964 ejerció como Profesor en Heidelberg. Fue también profesor titular de Sociología y de Filosofía en Fráncfort desde 1964 a 1971, y dirigió a partir de este último año el Instituto Max Planck de Starnberg, para retornor a Fráncfort en 1983. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales 2003.

La temática de su polémica obra es es tanto sociológica y filosófica como científica y política. Influido por Heidegger, Hegel y Lukács, se pone en contacto con el pensamiento de izquierda. Lee a Marx, Benjamin, Marcuse, Horckheimer y Adorno. Espantado por el nazismo - quizá la expresión más dolorosa del proyecto moderno- se esfuerza desesperadamente por encontrar en el ámbito intersubjetivo de la comunicación la clave que permita reanudar ese proyecto, reinterpretarlo y realizarlo. Desarrolla en 1976 su importante teoría de la acción comunicativa -toma la obra de Marx y le reprocha haber reducido la praxis humana "a un mero techné", en desmérito de otra acción humana que juzga fundamental: la interacción mediada por el lenguaje-, con la intención de lograr una reconstrucción del materialismo histórico. Así, critica al marxismo por descuidar el aspecto superestructural y hacer fuerte hincapié en lo económico-material. En 1981 su interés se centra en la filosofía práctica: moral, ética, derecho y justicia. La noción clave es la idea de “comunidad ideal de comunicación”.

Leyendo a Weber y Durkheim, entre otros sociólogos, publica en 1962 su primer gran obra: “Historia y crítica de la opinión pública” , en donde se expresa tangiblemetne su deseo de continuar la línea del marxismo hegeliano '20. De forma simultánea se vuelva al estudio de la filosofía del lenguaje y de la teoría analítica de la ciencia. En esta época, encuentra en el pragmatismo norteamericano una herramienta útil para suplir las deficiencias que dice reconocer en el marxismo

En “Ciencia y técnica como Ideología” y en “Conocimiento de interés”, ambas obras de 1968, distingue la acción racional con orientación utilitaria de la acción comunicativa (se observa aquí la impronta de las bases weberianas). Esta distinción apunta al desarrollo de una teoría de la comunicación. Deja en claro además que es tarea de una crítica de la ciencia que escape a los engaños del positivismo admitir el carácter “interesado” de aquella: no hay conocimiento neutral. Más aún, hay diversos intereses científicos: uno es el técnico de las ciencias empíricas; otro, el práctico, orientador de la acción por su comprensión de sentidos; y el tercero, el emancipador de la teoría crítica de la sociedad.
En 1976 recurre a la teoría de la comunicación para lograr una “reconstrucción” del materialismo histórico, intentando dilucidar un nuevo camino, que, modernizado, llevaría adecuadamente a las metas históricas. Critica la tendencia del capitalismo burocrático hacia las crisis cíclicas, como consecuencia de la falta de consenso racional con respecto al principio de organización de la sociedad vigente (aquí afloran las lecturas de É. Durkheim. Es decir, apunta a la consideración de lo particular en vez de la generalización o la inducción (el caso, en vez de los casos, en el vocabulario de Foucault). Culpa también de esta tendencia a ciertas causas sociocultural, como legitimaciones y motivaciones.

En 1981 publica su monumental obra de teoría sociológica “Teoría de la acción comunicativa”, como una teoría global de la sociedad, conceptualizando su origen, su evolución, sus fuerzas íntimas y sus consecuentes patologías. Habermas abandona el programa de la filosofía de la conciencia o del sujeto y se ubica en el de la intersubjetividad comunicativa o del entendimiento lingüístico. Desde este punto de vista, considera entre otras cosas que el modelo de acuerdo con el cual hay que pensar la acción social no es ya el de una acción subjetiva orientada por fines egoístas de sujetos individuales, sino el de una acción orientada al entendimiento en el cual los sujetos coordinan sus planes de acción sobre la base de acuerdos motivados racionalmente, a partir de la aceptación de pretensiones. El pragmatismo a nivel universal intenta identificar y reconstruir las condiciones universales de todo entendimiento posible en el mundo del habla.
Junto con el de acción comunicativa, Habermas introduce otro concepto revolucionario: el del "mundo de la vida" (muy trabajado por los filósofos posteriores), como noción que acapara todo aquello desde lo cual y sobre lo cual puede producirse la reproducción simbólico-social en acciones lingüísticamente mediadas.

La sociedad queda así enfocada en Habermas como mundo de la vida por un lado, como sistema orgánico por otro. Con estos elementos puede afrontar el carácter paradójico del proyecto ilustrado: la creciente racionalización del mundo de la vida corre paralela a la creciente complejidad sistémica. Esta última desborda su esfera propia y “coloniza” el mundo de la vida: de ahí la pérdida de sentido y libertad.

En “El discurso filosófico de la modernidad” y en “El pensamiento posmetafísico” (de los años 1985 y 1988), Habermas refleja el debate que se sucedía en esa década en los medios académicos. En el primero califica la llamada “filosofía posmoderna” de neoconservadora, y aboga por una nueva apropiación crítica del proyecto moderno teniendo en cuenta problemas que la modernidad no resolvió. Concluye que lo agotado no es hoy la racionalidad moderna, sino el paradigma del sujeto o de la conciencia, y que el “espíritu moderno” sigue aún vigente en el vivir la historia como proceso marcado por la crisis, en la actualidad como "relámpago" que alumbra difíciles encrucijadas y en el futuro como "apremio de lo no resuelto". Mientras que en el segundo texto nombrado señala la necesidad de tomar en serio el prefijo “pos” y de tener en cuenta los motivos del pensamiento actual. También trabaja por esos años la ética, el derecho y la justicia: en “Conciencia moral y acción comunicativa” (1983) intenta fundamentar una ética en un universalismo normativo para afrontar el escepticismo posmoderno. La noción clave es la “comunidad ideal de comunicación” como idea reguladora de los lazos morales, libre de coerciones de intereses particulares. En ese concepto está supuesto que la moral individual es una abstracción, pues siempre está involucrada en la eticidad concreta de un concreto mundo de la vida (inter-subjetivo). Habermas confía en la estrategia de la “ética del discurso”: el discurso representa una forma de comunicación en tanto que su fin es lograr el entendimiento de y entre los hombres, por lo cual apunta aún más allá de las formas de vidas singulares (o sea que se extiende a la ya mencionada “comunidad ideal de comunicación”, que incluye a todos los sujetos capaces de lenguaje y acción). Se garantiza así una formación de la voluntad común que da satisfacción a los intereses de cada individuo sin que se rompan los lazos sociales sustanciales.

martes, 14 de julio de 2009

Arthur Rimbaud

LDD disfruta de los anti-poetas, de los reos, de los odiosos. De los que sublevan la lengua, la vuelven arisca, antisistémica, combativa. De los que escriben palabras que estallan, bombas de ardientes adjetivos contra la ignominia. De los que viven varias vidas en una, los que huyen y los que regresan. Los que van a menos para sobresalir.
Nos miran mal los lores enfundados en impecables vestidos con palabras adecuadas. Nos desprecian las señoras importantes, en sus trajes de noche con volados de circunstancia. Legos despreciables que desconocen, pero imparten. Aquí no hay damas educadas ni caballeros gentiles, buenos partidos o emperifollados inconsistentes. Es otra la fauna que habita estas páginas: explotados, obtusos, drogadictos, rufianes, prostitutas, suicidas, hombres frustrados, mujeres incomprendidas, vírgenes extravagantes, filósofos crepusculares.



Hoy: Arthur Rimbaud. Se deja presentar:

"Fui encerrado a los doce años en un granero donde conocí el mundo, ilustré la comedia humana. Aprendí historia en una bodega. Encontré a todas las mujeres de los antiguos pintores en alguna fiesta nocturna en un pasaje de París. Coroné mi inmesa obra en una magnífica residencia crecada por el Oriente entero, y pasé a mi ilustre retiro. Removí mi sangre. Mi deber me es absuelto. Ya ni siquiera es preciso pensar en ello. Soy un ser de ultratumba, realmente, y nada de comisiones." (Vidas III, en Iluminaciones)


Nació en Charleville-Mézières, en el noreste de Francia, hijo de una familia de la clase media rural. Su padre, Frédéric lo abandonó (junto a 5 hermanos) cuando tenía 7 años (el padre). Arthur odiaba a su madre y se fugaba con frecuencia, pero luego regresaba. Como estudiante, se dice que era inquieto y burlón, pero brillante: A los quince años ya había ganado todo tipo de premios de redacción y compuesto versos y diálogos en latín. En 1870 conoció a un joven maestro de retórica, Georges Izambard, que se convirtió en su primer mentor literario; los originales versos en francés del poeta alcanzaron rápidamente una calidad máxima, dentro de una estética parnasiana. Su conducta se volvió caótica e irreverente; había comenzado a beber y se divertía conmocionando a los burgueses locales con sus vestimentas andrajosas, sus pintadas de «Muera Dios» en las iglesias y su cabello largo.
Luego de algunas cartas enviadas sin éxito, Rimbaud logró respuesta del poeta simbolista Verlaine, quien lo invitó a París, interesado en conocer al autor de los poemas leidos. Allí, los poetas mantuvieron una controvertida relación homosexual, y para mayor escándalo de los burgueses locales, se dedicaron a vivir como vagabundos, eternamente embriagados con hachís y ajenjo. El fin de esta etapa fue abrupto: luego de una discusión, Verlaine le disparó a Rimbaud en la mano, y fue condenado a prisión.
En los años siguientes, Arthur decidió abandonar el salvajismo de su anterior modus vivendi para establecerse económicamente. En 1880, se radicó en Adén (Yemen), como empleado de la Agencia Bardey. En 1884 dejó ese trabajo y se transformó en mercader cuentapropista en Harar, en la actual Etiopía. Hizo una pequeña fortuna como traficante de armas; hasta que en su rodilla derecha se desarrolló una sinovitis que degeneró en carcinoma; lo cual le forzó a regresar a Francia el 9 de mayo de 1891, donde días después le amputaron la pierna. Finalmente murió en Marsella, el 10 de noviembre, a la edad de 37 años.


El baile de los ahorcados

En la horca negra bailan, amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.

¡Monseñor Belzebú tira de la corbata
de sus títeres negros, que al cielo gesticulan,
y al darles en la frente un buen zapatillazo
les obliga a bailar ritmos de Villancico!

Sorprendidos, los títeres, juntan sus brazos gráciles:
como un órgano negro, los pechos horadados ,
que antaño damiselas gentiles abrazaban,
se rozan y entrechocan, en espantoso amor.

¡Hurra!, alegres danzantes que perdisteis la panza ,
trenzad vuestras cabriolas pues el tablao es amplio,
¡Que no sepan, por Dios, si es danza o es batalla!
¡Furioso, Belzebú rasga sus violines!

¡Rudos talones; nunca su sandalia se gasta!
Todos se han despojado de su sayo de piel:
lo que queda no asusta y se ve sin escándalo.
En sus cráneos, la nieve ha puesto un blanco gorro.

El cuervo es la cimera de estas cabezas rotas;
cuelga un jirón de carne de su flaca barbilla:
parecen, cuando giran en sombrías refriegas,
rígidos paladines, con bardas de cartón.

¡Hurra!, ¡que el cierzo azuza en el vals de los huesos!
¡y la horca negra muge cual órgano de hierro!
y responden los lobos desde bosques morados:
rojo, en el horizonte, el cielo es un infierno...

¡Zarandéame a estos fúnebres capitanes
que desgranan, ladinos, con largos dedos rotos,
un rosario de amor por sus pálidas vértebras:
¡difuntos, que no estamos aquí en un monasterio! .

Y de pronto, en el centro de esta danza macabra
brinca hacia el cielo rojo, loco, un gran esqueleto,
llevado por el ímpetu, cual corcel se encabrita
y, al sentir en el cuello la cuerda tiesa aún,

crispa sus cortos dedos contra un fémur que cruje
con gritos que recuerdan atroces carcajadas,
y, como un saltimbanqui se agita en su caseta,
vuelve a iniciar su baile al son de la osamenta.

En la horca negra bailan, amable manco,
bailan los paladines,
los descarnados danzarines del diablo;
danzan que danzan sin fin
los esqueletos de Saladín.

A.R.


Por gracia de lamaquinadeltiempo.com podemos disfrutar de Una temporada en el Infierno online. No se lo pierdan.

jueves, 9 de julio de 2009

cAiGo

Caigo desde la punta
sin sobrevuelos
hasta el fondo.

Caigo sin frenos
a tiempo
sin pensar.

Caigo y no veo
ya entiendo:
no hay nada.

Caigo y no llego
sé que falta.
Largo-triste-apaleante trecho.

Caigo y espero
segura, no hay prisa.

Caigo
creo llegar…
estoy cayendo
no me agarren.
Melany Scarfia

jueves, 2 de julio de 2009

Nostalgia de mí


Memorias mezcladas.
Se alza el recuerdo.
Empuja el ahora: lo niega, lo sobra.

Vuelve y se apropia.
No es hoy: es ayer.
El ahora es el antes, el mañana es el antes de ahora ¿ó será el ahora de antes?; sabré mañana.

Para entonces el atrás será el medio
y no habrá adelante.
Solo un ayer, que es ahora, el mañana.
Melany Scarfia
"sueña de noche que duerme de día"

sábado, 27 de junio de 2009

Una re-presentación (Descargo II)

Creo que era hora de que este blog, que pretende contar con asidua publicación, tenga algún tipo de presentación seria. No porque el pretérito Descargo no lo fuera suficientemente, sino más bien porque ya es momento de que sepamos un poco mejor de qué va ésto. Lo interesante acá es que lejos de encontrarme en el deber de transmitirles o transferirles esa información, estoy en realidad en la necesidad de formularla también para mí. Es decir: yo también quiero saber de qué va este blog sin visitantes y de dudosa constancia.
Digo que es éste el momento porque sucede que planeo aumentar la periodicidad de los posts y así, tal vez, generar algún tipo de público que supere, digamos, a mí mismo. Luego de una profusa investigación que me mantuvo ocupado durante unos arduos 7 minutos, llegué -no sin esfuerzo- a la conclusión de que la manera más didáctica y atractiva de exponer lo que me propongo es bajo la forma de los conocidos F.A.Q. (Frecuente Asesoramiento a Quienquiera); ésto es, la curiosa diagramación en la cual quienes quieren aclarar ciertas dudas lo hacen preguntándose a sí mismos las cosas que quieren responder, casi como una entrevista a De Narváez en canal América.
Veamos:

1-¿Por qué lleno y por qué Descartes? (o también "el histórico desprecio a las proposiciones")
-En primer lugar, porque se prestaba a ese burdo juego de palabras (todos tenemos una parte grasa adentro, esa que nos hace reírnos con Francella). En segundo (y este sí, importante), porque ya que se trataba de un blog que, muy de vez en cuando, entre George Harrison y Ránkings Top-27, intentaba incluir breves atisbos de pensamiento y comentar un poco a gente como Bachelard, creímos que sería conveniente resaltar la figura de Descartes. Una figura que de hecho, cuanto más avanza el tercer milenio y su revolución comunicacional (como dijo el Bambino "apretáss un botónn y esstás en la Naaasa, neeene") se hace cada día más necesaria de atención (al menos para los que estamos del lado de afuera de la circunferencia de los beneficiarios). Digo ésto principalmente por su carácter revolucionario. Y es muy curioso decirlo porque Descartes tiene realmente muy poco -casi nada- de revolucionario. Pero su obra, quitando el momento en que se vuelve pelotudo de golpe, contiene mensajes de vital interés para nosotros.
Todos escuchamos decir "pienso, luego existo". Qué significa ésto? Que el señor Renato, el gran vocero de la burguesía, al que ciertamente le sobraba más de lo que le faltaba, se sentó en su sillón y se puso a pensar. "Por qué?" me pregunta un señor de sombrero que se levantá allá en el fondo. "Qué hay que pensar? Para qué demonios* lo necesita? Eso es porque no tiene que levantarse a las 4 de la mañana como yo, qué jorobar. Si total es Dios quien nos provee de todo lo necesario" agrega, mientras se saca la cera de la oreja con el dedo meñique (visto lo visto, me parece mucho más sensata su postura que la de Descartes). Pero Descartes se puso a pensar igual, porque si Dios era Providencia bastante jodida se la iba a ver la burguesía para legalizarse en el control del mundo económico, desplazando a quienes este Dios había puesto como justos atribuidos -digamos, el clero y la nobleza-. Él dijo "Consideremos por un momento que Dios no provee. Olvidemos esos límites trascendentales y pensemos que podemos elegir por nosotros mismos. Yo no sabía que existía, hasta que medité, y vi que por cuanto yo soy capaz de meditar, es necesario que yo sea algo que piensa, y si yo soy algo, pues bien, existo. Y así como yo no sabía algo en un momento y más tarde lo averigüé, de la misma manera yo puedo construir mis propios significados, mi propio mundo". Ese es el método. Aplicar la razón (humana) al conocimiento. Someteré al juicio de la razón todo aquello que se, y todo cuanto aprenda de ahora en adelante. Es una obra magnífica. Una revolución. Y como toda revolución, se erige sobre las cenizas de algo que se ha visto desplazado. En este caso, Dios. "Dios ha muerto" dice Nietzsche después de Hegel, que es como hablar con el diario del lunes. Pero no sólo ha muerto, subrayemos. Lo han asesinado. Un francés de bigotitos con los ojos de Paul McCartney ha sido visto en la escena del crimen cerca del momento en que éste ocurrió. "Tenía sus motivos" declaró el Jefe del Operativo. "Hemos encontrado el arma homicida" dijo el forense, levantando unos restos de Razón que metió en una bolsita.
Bien, esa es la parte revolucionaria de Descartes que quería rescatar: ahora que Dios ha muerto, yo pongo mis propias leyes. Mi primer dictamen es que los privilegios de la nobleza son basura. Ya le cortamos la cabeza a Dios (y era una grande), ahora con Luis XVI nos matamos de risa. Y eso que de revolucionario Descartes -repito- no tenía nada. De hecho, él mismo corre a refugiarse en Dios cuando se acuerda de que a Galileo casi lo prenden fuego (suerte que corrió el otro, el peluquero ese). Pero por mucho que René diga que Dios es indispensable para conocer y que no puede menos que existir, era bastante tarde. El Ser Supremo pendía de un hilo, que la gillotina francesa terminó de cortar un siglo más tarde, declarando que ahora la burguesía ya no sólo tenía el poder económico, sino también el político.

El punto, entonces, es ese. Si hoy en día no nos volvemos un poco cartesianos, la vamos a tener muy jodida. No hay un Dios y una Iglesia que nos digan cómo son las cosas, pero está la CNN, que es como Dios pero bilingüe. Si se relajan un poco, van a ver que aún sin pensar pueden vivir: los diarios y la televisión les dicen paso a paso todo lo que tienen que hacer. Incluso les dicen a quién tiene que votar. Y si no se toman unas gotas de Razón a tiempo, se van a acostumbrar a eso. Se van a creer que lo que lo que Clarín pone en la tapa es lo que tienen que saber. Se van a acostumbrar a escuchar y digerir sin masticar, sin pensar. Hoy todos nos hacemos los hombres modernos evolucionados y criticamos la manipulación que sufrían los pueblos por parte de la Iglesia, pero no nos damos cuenta de que lo mismo nos pasa hoy en día y nosotros lo aplaudimos. El ñato ese que te explica la guerra de Irak con flechas de colores no te está diciendo la verdad. O tal vez sí, tal vez lo haga. De todos modos, para saberlo, sea lo uno o lo otro, tenemos que "aplicar el Método", tenemos que pensarlo por nosotros mismos. No es cierto que la guerra está motivada por la liberación de un pueblo, no es cierto que Obama es el caballero de la Justicia, no es cierto que va a ganar el que va primero en las encuestas. O tal vez apliqué mal el método: tal vez sí es cierto. Pero me lo tienen que demostrar ustedes siguiendo éste camino, el de la Razón. Que es el de la Razón subjetiva. Por más títulos que tenga el tipo de corbata que salga en TN, no va a estar más cerca o más lejos de la verdad. No tienen que confiar en su razón porque tiene un Master en bisnes manashment, confíen un poco en la razón de ustedes. Es igual de apta, y un poquito menos tendenciosa.

2-(Me quedé dormido en el segundo párrafo. Si la próxima respuesta es así de larga no te pregunto más nada.) ¿Qué debo esperarme cuando entro a LDD?
-Como habrán visto, hay una bonita variedad de descartes. Poetas -antipoetas, recién hoy llegué a eso, después de pasar por Baudelaire, y tuve que saltearme a Rimbaud-, algunos filósofos, una medio trunca sección de cine, escritores populares, y un gran "lo demás", que está compuesto principalmente por "lo inesperado", que es lo que hace interesante la vida. Ni yo se qué puede llegar a aparecer en secciones como "Cosas que pasan", más allá de que sean cosas que pasan. Ahora que se abrió el arcón scarfiano nos sobrevino la moda de la poesía libre. Es una buena moda.

3-¿Cuál sería un buen argumento para decidir que es preferible visitar LDD regularmente por sobre la alternativa de sólo cerrarla, olvidarse de que existe y ponerse a ver videos de gatos golpeándose en youtube?
-Es una pregunta difícil. No podemos competir con los trillones de videos de Funny Animals que han contribuido a bajar la expectativa de supervivencia de la raza humana en varios milenios, pero a cambio ofrecemos actualización constante, material de interés general, y un auto 0km cada semana (sólo para los que firman). Hasta linkeamos videos de Capusotto de vez en cuando. Busquen en su corazón. No somos tan terribles como creen.

4-¿Cuál es la fuente de las cosas que publican?
-La fuente del material, en líneas generales, es la internet. A veces recurrimos a libros ajados y amarillentos en busca de aquello que la furia cibernética ha dejado de lado, a veces se trata de producciones personales. Las más de las veces, los datos estadísticos provienen de la wikipedia, que a los efectos de aplicar la Razón como preconizábamos, es un lugar ideal, porque si uno no se aviva termina aceptando como verdad cualquier gansada de esas que ahí aparecen.
Pero qué conveniente es que hagas esa pregunta, porque hay algo que me había quedado en el tintero. Hay una página en extremo recomendable, llamada La Audacia de Aquiles, a la que en específicas ocasiones (mejor, una o dos**) le hemos robado algún que otro material para armar algún artículo, y sucede que no la citamos. Pues bien, siéntanse citados. Presentamos excusas.

5- Encima de todo, ladrón. Retírese de la sala. Bien, señorita Scarfia: ¿Cuál es el sentido de publicar eso que, sujeto a diferentes e “inconsiderables” causas, termina transformándose en aquello que escriben?
-Si conociera a quien formuló esta oración, en primer lugar le contestaría que hizo muy mal en apuntar la palabra “sentido” en una pregunta que inocentemente espera una devolución coherente y, valga la redundancia, “sensata” de mi persona.
Espero que mis palabras no resulten del todo vanas o ilusas, al igual que espero que no justifiquen la pregunta.
Es como preguntarse por qué lavas el plato que volverás a ensuciar o para qué esperas algo que sabes que no llegará o, simplemente, por qué haces algo… Pues bien, ofrecemos lo que se escribe con la simple idea (no gana, sino idea) de que algún ser con capacidad de LEER y, esperemos que sea el caso, de CAPTAR (entender el mensaje con toda claridad es humanamente imposible) lo narrado… se limite a LEER.
Los comentarios realmente se aprecian…por ser literalmente comentarios.

Si usted considera que este párrafo tiene sentido… pues no ha entendido el sentido de la pregunta.

6-¿Qué sienten cuando escriben?
-Lo siento señor/a. Esa pregunta no puede contestarse (no se sabe cómo)… quizá este párrafo de una canción de Alberto Cortez lo ayude: “Quiso volar igual que las gaviotas, pero eso es impo... si…ble.”.

7-¿Podemos dejar la séptima pregunta en blanco, en -tal vez previsible- metáfora del descanso divino?
-Dale. Nos vemos.


Respondieron
Melany Scarfia, la que roba flores de los cementerios; y
Manuel Saraceni, el que a veces sí, y a veces no.



* léase "carajo"
** léase "dos"

viernes, 26 de junio de 2009

Nicanor Parra

Nicanor Parra -padre de la Violeta- nació en Chile en 1914. Es uno de los creadores más originales de la poesía del siglo XX, fundando la antipoesía, en la que reemplaza un lenguaje cuidado y refinado (al que relaciona con el elitismo de los poetas) por uno cotidiano. Desde la aparición de Poemas y antipoemas en 1954, su obra no ha dejado de suscitar encendidos y polémicos juicios. Fue profesor de matemática, especializado en mecánica racional. Algunas de sus obras son: Cancionero sin nombre (1937), La cueca larga (1958), Versos de Salón (1942) y Discursos, en colaboración con Pablo Neruda.


Manifiesto

Señoras y señores
Esta es nuestra última palabra.
-Nuestra primera y última palabra-
Los poetas bajaron del Olimpo.

Para nuestros mayores
La poesía fue un objeto de lujo
Pero para nosotros
Es un artículo de primera necesidad:
No podemos vivir sin poesía.

A diferencia de nuestros mayores
-Y esto lo digo con todo respeto-
Nosotros sostenemos
Que el poeta no es un alquimista
El poeta es un hombre como todos
Un albañil que construye su muro:
Un constructor de puertas y ventanas.

Nosotros conversamos
En el lenguaje de todos los días
No creemos en signos cabalísticos.

Además una cosa:
El poeta está ahí
Para que el árbol no crezca torcido.

Este es nuestro mensaje.
Nosotros denunciamos al poeta demiurgo
Al poeta Barata
Al poeta Ratón de Biblioteca.
Todos estos señores
-Y esto lo digo con mucho respeto-
Deben ser procesados y juzgados
Por construir castillos en el aire
Por malgastar el espacio y el tiempo
Redactando sonetos a la luna
Por agrupar palabras al azar
A la última moda de París.
Para nosotros no:
El pensamiento no nace en la boca
Nace en el corazón del corazón.

Nosotros repudiamos
La poesía de gafas oscuras
La poesía de capa y espada
La poesía de sombrero alón.
Propiciamos en cambio
La poesía a ojo desnudo
La poesía a pecho descubierto
La poesía a cabeza desnuda.

No creemos en ninfas ni tritones.
La poesía tiene que ser esto:
Una muchacha rodeada de espigas
O no ser absolutamente nada.

Ahora bien, en el plano político
Ellos, nuestros abuelos inmediatos,
¡Nuestros buenos abuelos inmediatos!
Se refractaron y se dispersaron
Al pasar por el prisma de cristal.
Unos pocos se hicieron comunistas.
Yo no sé si lo fueron realmente.
Supongamos que fueron comunistas,
Lo que sé es otra cosa:
Que no fueron poetas populares,
Fueron unos reverendos poetas burgueses.

Hay que decir las cosas como son:
Sólo uno que otro
Supo llegar al corazón del pueblo.
Cada vez que pudieron
Se declararon de palabra y de hecho
Contra la poesía dirigida
Contra la poesía del presente
Contra la poesía proletaria.

Aceptemos que fueron comunistas
Pero la poesía fue un desastre
Surrealismo de segunda mano
Decadentismo de tercera mano
Tablas viejas devueltas por el mar.
Poesía adjetiva
Poesía nasal y gutural
Poesía arbitraria
Poesía copiada de los libros
Poesía basada
En la revolución de la palabra
En circunstancias de que debe fundarse
En la revolución de las ideas.
Poesía de círculo vicioso
Para media docena de elegidos:
«Libertad absoluta de expresión».

Hoy nos hacemos cruces preguntando
Para qué escribían esas cosas
¿Para asustar al pequeño burgués?
¡Tiempo perdido miserablemente!
El pequeño burgués no reacciona
Sino cuando se trata del estómago.

¡Qué lo van a asustar con poesías!

La situación es ésta:
Mientras ellos estaban
Por una poesía del crepúsculo
Por una poesía de la noche
Nosotros propugnamos
La poesía del amanecer.
Este es nuestro mensaje,
Los resplandores de la poesía
Deben llegar a todos por igual
La poesía alcanza para todos.

Nada más, compañeros
Nosotros condenamos
-Y esto sí que lo digo con respeto-
La poesía de pequeño dios
La poesía de vaca sagrada
La poesía de toro furioso.

Contra la poesía de las nubes
Nosotros oponemos
La poesía de la tierra firme
-Cabeza fría, corazón caliente
Somos tierrafirmistas decididos-
Contra la poesía de café
La poesía de la naturaleza
Contra la poesía de salón
La poesía de la plaza pública
La poesía de protesta social.
Los poetas bajaron del Olimpo.

Nicanor Parra