jueves, 20 de marzo de 2008

"La Poética del Espacio", Gastón Bachelard

"Cuando se presenta a la cultura científica, el espíritu no es nunca joven.
Es incluso muy viejo, pues tiene la edad de sus prejuicios"
G. Bachelard



Gastón Bachelard (1884-1962) fue un filósofo y ensayista francés. Aunque procede de la filosofía de la ciencia natural, su rigurosa formación científica no impidió que en la madurez de su vida rompiera con todos sus hábitos tradicionales de investigación filosófica para abrazar una forma sumamente personal de la fenomenología: la del “estudio del fenómeno de la imagen poética”.

En el libro La Poética del Espacio, de 1957, la fenomenología de Bachelard no produce un sustituto explicativo o simplemente descriptivo de los esquemas causales de la ciencia, sino por el contrario, un novedoso estilo de filosofar: el de la poética del espacio: una deconstrucción del espacio poético "geometrizado”, para asociar a la imagen poética con un acto inaugural ontológico (relacionado al ser): la Revelación del Ser que en su movimiento, cae en la Poesía, que para Bachelard es "un racimo de imágenes".

El libro consta de diez capítulos. El primer capítulo lo dedica al análisis espacial de la Casa, en tanto imagen poética. La ve como un elemento de integración psicológica, formada por recuerdos y olvidos, y como el primer universo de la cotidianeidad, proyectándola como un auténtico “microcosmos”: una unidad de imagen y recuerdo. Su funcionalidad reside en que sirve como detonante del proceso de Reminiscencia donde se ubica el pasado imperecedero, suplementadora de las contingencias y multiplicadora de las continuidades. En este sentido, destaca Bachelard la importancia de las grandes imágenes simples, como la casa, porque potencian el fenómeno de liberación poética pura.

En el capítulo tercero, Bachelard esboza una fenomenología continuando con las imágenes poéticas del Secreto, como lo son: el cajón, los cofres y los armarios. Cita a Bergson, quien decía que “los cajones sirven para clasificar los conocimientos vividos”. Pero agrega que estos objetos pueden proyectarse más allá de su función, y esto sucede cuando opera desde ellos la dialéctica “Secreto/Descubrimiento”. Para Bachelard, el secreto representa lo insondable, la reserva del ensueño de la intimidad; en tanto que el descubrimiento supone su apertura, como acto original y de creación.

El séptimo capítulo se titula La Miniatura. El filósofo identifica a la miniatura con un “albergue de la grandeza”, una “puerta estrecha que abre al mundo”. Analiza luego la causalidad de lo pequeño en tanto su efecto es la conmoción de todos los sentidos, en particular el auditivo. La miniatura representa desde este prisma de apreciación una intología de lo invisible y lo inaudible (J´écoute un jeune noisitier verdir -Escucho florecer a un joven nogal-), y una fenomenología del silencio íntimo y de la memoria remota (L´odeur du silence est si vieille -El aroma del silencio es tan viejo-; Au loin, j´entendais prier les sources de la tierre -A lo lejos, escuchaba rogar a las fuentes de la tierra-)

En el Capítulo noveno (que pueden leer acá), dice Bachelard que la Dialéctica Dentro/Fuera se apoya en una geometría implícita, que espacializa el pensamiento (Ustedes sienten qué alcance tiene ese mito de la formación de lo de fuera y lo de dentro… Lo que se traduce en su oposición formal se convierte más allá en alienación de hostilidad entre ambos). Opina que las imágenes poéticas referidas al Dentro/Fuera en el poeta Rainer Rilke, por ejemplo, se explicitan en una Fenomenología de la Intimidad Exigua que contempla, nuevamente, la oposición espacial Dentro/Fuera: “Y aquí (dentro) no hay apenas espacio; y tú te calmas casi, pensando que es imposible que algo demasiado grande pueda sostenerse en esta estrechez… Pero fuera, fuera todo es desmedido”.


Material: Bachelard escribe, en La Poética del espacio, sobre Baudelaire



miércoles, 19 de marzo de 2008

Mario Benedetti, 3 poesías

Mario Benedetti nació en Montevideo el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental del Uruguay. Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires.
En 1945, de vuelta en Montevideo, integró la redacción del semanario Marcha. En 1949 publicó Esta mañana, su primer libro de cuentos y, un año más tarde, los poemas de Sólo mientras tanto. En 1953 apareció su primer novela, Quien de nosotros....pero fue con el volumen de cuentos Montevideanos, publicado en 1959, que tomó forma la concepción urbana de su obra narrativa. Con La Tregua, que apareció en 1960, Benedetti adquirió trascendencia internacional.
La novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al teatro, la radio, la televisión y el cine. En 1973 debió abandonar su país por razones políticas. Etapas de sus doce años de exilio fueron la Argentina, Perú, Cuba y España. Su vasta produccion literaría abarca todos los géneros, incluyendo famosas letras de canciones, y suma más de sesenta obras, entre las que se destacan la novela Gracias por el Fuego (1965), el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974) los cuentos de Con y sin nostalgias (1977) y los poemas de Viento del exilio (1981). En 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela Primavera con una esquina rota. Otros libros como, La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo (Seix Barral, 1993) y El olvido esta lleno de memoria (Seix Barral, 1995). Su obra poética está recogida en Inventario Uno (1950-1985), e Inventario Dos (1986-1991), Cuentos Completos (1994). Su última novela es Andamios y su último libro de poesía "La vida ese paréntesis"

LOS FORMALES Y EL FRÍO

Quién iba a prever que el amor ese informal
se dedicara a ellos tan formales
mientras almorzaban por primera vez
ella muy lenta y él no tanto
y hablaban con sospechosa objetividad
de grandes temas en dos volúmenes
su sonrisa la de ella
era como un augurio o una fábula
su mirada la de él tomaba nota
de cómo eran sus ojos los de ella
pero sus palabras las de él
no se enteraban de esa dulce encuesta

Como siempre o como casi siempre
la política condujo a la cultura
así que por la noche concurrieron al teatro
sin tocarse una uña o un ojal
ni siquiera una hebilla o una manga
y como a la salida hacía bastante frío
y ella no tenía medias
sólo sandalias por las que asomaban
unos dedos muy blancos e indefensos
fue preciso meterse en un boliche

Y ya que el mozo demoraba tanto
ellos optaron por la confidencia
extra seca y sin hielo por favor
cuando llegaron a su casa la de ella
ya el frío estaba en sus labios los de él
de modo que ella fábula y augurio
le dio refugio y café instantáneos

Una hora apenas de biografía y nostalgias
hasta que al fin sobrevino un silencio
como se sabe en estos casos es bravo
decir algo que realmente no sobre

Él probó sólo falta que me quede a dormir
y ella probó por qué no te quedas
y él no me lo digas dos veces
y ella bueno por qué no te quedas
de manera que él se quedó en principio
a besar sin usura sus pies fríos los de ella
después ella besó sus labios los de él
que a esa altura ya no estaban tan fríos
y sucesivamente así
mientras los grandes temas
dormían el sueño que ellos no durmieron.

USTEDES Y NOSOTROS

Ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual

ustedes cuando aman
calculan interés
y cuando se desaman
calculan otra vez

nosotros cuando amamos
es como renacer
y si nos desamamos
no la pasamos bien

ustedes cuando aman
son de otra magnitud
hay fotos chismes prensa
y el amor es un boom

nosotros cuando amamos
es un amor común
tan simple y tan sabroso
como tener salud

ustedes cuando aman
consultan el reloj
porque el tiempo que pierden
vale medio millón

nosotros cuando amamos
sin prisa y con fervor
gozamos y nos sale
barata la función

ustedes cuando aman
al analista van
él es quien dictamina
si lo hacen bien o mal

nosotros cuando amamos
sin tanta cortedad
el subconsciente piola
se pone a disfrutar

ustedes cuando aman
exigen bienestar
una cama de cedro
y un colchón especial

nosotros cuando amamos
es fácil de arreglar
con sábanas qué bueno
sin sábanas da igual.

SÍNDROME

Todavía tengo casi todos mis dientes
casi todos mis cabellos y poquísimas canas
puedo hacer y deshacer el amor
trepar una escalera de dos en dos
y correr cuarenta metros detrás del ómnibus
o sea que no debería sentirme viejo
pero el grave problema es que antes
no me fijaba en estos detalles.

martes, 18 de marzo de 2008

Entrevista a Groucho Marx

Entrevista a Groucho Marx realizada en 1974 por la biógrafa Charlotte Chandler (quien ha publicado libros sobre Federico Fellini, Billy Wilder, Ingrid Bergman y Alfred Hitchkok, entre otros). Según la anécdota, Charlotte llamó por teléfono a Groucho, que se negó rotundamente. Entonces, ella se presentó personalmente en su residencia, para que él le explique mejor las razones por las cuales no quería concederle la entrevista, y luego de una hora de discutir, Groucho terminó por decir "¿Por qué no estás escribiendo?"...


-No sé qué clase de entrevista pretende hacerme. ¿Quiere que sea una entrevista absurda? No me sé ningún chiste.
-Podemos empezar por cuál es la pregunta que más le hacen los entrevistadores.
-”¿Podría hablar Harpo ?”
-Quizá se la hagamos más adelante. ¿Por qué no empieza contándonos lo primero que recuerda?
-Me pide que me remonte a casi cien años atrás.
-De acuerdo. Entonces, ¿cuáles son sus primeros recuerdos de la infancia?
-Yo colgado de la parte trasera de una camioneta en marcha. Gummo iba conmigo y debíamos de ser bastante pequeños, porque todavía no teníamos el piano. Y recuerdo haber jugado al stickball (juego callejero parecido al béisbol), lo que era todo un desafío porque jugábamos sin pelota. No podíamos permitimos comprar una. En fin, el caso es que donde vivíamos en Nueva York estábamos rodeados de fábricas de cerveza. Cuando iba al colegio de pequeño, siempre tenía olor a malta. También recuerdo al hielero: gritabas por la ventana para decirle cuánto hielo querías. No teníamos heladera; éramos muy pobres. Mientras él hacía la entrega, nos metíamos en su camión y le robábamos pedacitos de hielo. Desde entonces siempre he tenido mucha facilidad para romper el hielo.
-¿Hasta qué punto eran ustedes pobres?
-Tanto que cuando alguien llamaba a la puerta nos escondíamos todos. Pagábamos un alquiler de 27 dólares al mes y éramos 10. Los cinco hermanos, mi padre y mi madre, mi abuelo y mi abuela y una hermana adoptada. Éramos 10 y sólo teníamos un cuarto de baño.
-¿Quería ser actor de pequeño?
-No, quería ser escritor. Me hice actor porque éramos muy pobres… El caso es que decidí meterme en el mundo del espectáculo.
-¿Por qué?
-Porque tenía un tío en el negocio que ganaba 200 dólares a la semana, y yo estaba siempre a dos velas.
-Cuando aún era pobre, ¿qué creía que significaba ser rico?
-Solía pensar que ser rico significaba tener un montón de dinero. Ahora creo que significa tener un montón de dinero.
-Háblenos de sus padres.
-Bueno, mi madre venía de Alemania, mi padre de Francia. Cuando conoció a mi madre ninguno de los dos entendía una palabra de lo que decía el otro, así que se casaron. Hablaban en alemán porque mi madre era la más fuerte de los dos. Mi padre no era demasiado culto. Mi madre tampoco, pero era más inteligente. Vivió el tiempo suficiente para ver cómo alcanzábamos el éxito en Broadway.
-¿Tuvo su madre una influencia tan importante como se dice a la hora de animarle a lanzarse a los escenarios?
-Por supuesto. Y en cuanto pudo, hizo que los otros siguieran mis pasos. Fue así como nos convertimos en los Hermanos Marx. Ella misma se ocupaba de buscarnos trabajo. Estaba convencida de que tenía que tener aspecto de joven, así que se ponía un corsé y una peluca rubia cuando iba a visitar a los agentes. Por aquel entonces debía rondar ya la cincuentena, y todo el mundo sabía que lo que llevaba era una peluca. Si estaba jugando a las cartas en casa de alguien y se hartaba de llevar el corsé, se lo quitaba y lo envolvía en un diario, con los cordones colgando.
-Pertenecía a una familia relacionada con el teatro, ¿no es así?
-Mi abuela tocaba el arpa y cantaba a la manera tirolesa. Mi abuelo era ventrílocuo y mago.
-¿Y su padre?
-Era un sastre procedente de Estrasburgo, el peor de la historia. Todos sus clientes eran fácilmente reconocibles: una de las perneras del pantalón era más corta que la otra.
-¿Tuvo usted alguna novia mientras crecía en Nueva York?
-No hasta más adelante, cuando empezamos a viajar con espectáculos de variedades de tres al cuarto. E incluso entonces no pasábamos suficiente tiempo en las ciudades como para conocer a nadie.
-¿Entonces cómo conocía a chicas?
-Íbamos a las casas de putas. Teníamos mucho éxito en las casas de putas.
-¿Y eso?
-¡Les montábamos el espectáculo!
-¿Quiere decir que actuaban en los burdeles?
-Como lo oye. Les hacíamos nuestro número completo: Harpo y Chico tocaban el piano y yo cantaba. Las chicas solían ir a vemos al teatro y, si les gustábamos, nos mandaban una nota los camerinos: “Si no tienen nada que hacer esta noche después del espectáculo, ¿por qué no se acercan a vernos?”. Siempre estábamos persiguiendo a las chicas. Llegábamos a una ciudad, había un hotel, y en el entresuelo tenían un piano, y Chico se ponía a tocar y en un dos por tres había 20 señoritas alrededor.
-Circula el rumor de que usted y Harpo se presentaron una vez desnudos en una fiesta.
-Eso fue cuando estábamos con I’ll say she is (Y tanto que lo es), y nos invitaron a la despedida de soltero de un amigo que iba a casarse. Así que Harpo y yo nos metimos en el ascensor y nos quitamos toda la ropa y la guardamos en unas maletas. Íbamos completamente desnudos. Pero nos bajamos en el piso equivocado, donde la novia estaba celebrando una fiesta para sus amigas. Así que corrimos en cueros de un lado para otro hasta que apareció un camarero con dos trapos de cocina. Bueno, en mi caso, una toalla de baño.
-¿Quién les escribía los textos cuando empezaban?
-Lo hacía yo. Excepto en el caso de Harpo, que no decía nada.
-¿Escribía usted también para Zeppo?
-No había necesidad. Era el más gracioso de todos, pero no participó en el número mucho tiempo. Eso sí, duró más que Gummo, que ingresó en el ejército durante la I Guerra Mundial.
-¿Por qué no se reincorporó al grupo después de la guerra?
-No quería ser actor. Se metió en la industria de la confección. Recuerdo que Gummo tuvo un hijo llamado Bobby, y Bobby llegó un día a casa desde el colegio y su padre le preguntó: “¿Cómo te ha ido hoy en el colegio?”. Y Bobby dijo: “Bueno, la profesora nos preguntó a todos quiénes eran nuestros padres, y yo le contesté: “Groucho Marx”. Y Gummo le dijo: “¿Por qué le has dicho eso?”. Y Bobby le respondió: “A vos no te conoce nadie”.
-Ha dicho que jamás tuvo que escribirle diálogos a Harpo, dado que no hablaba. ¿Habló alguna vez Harpo en un espectáculo de los Hermanos Marx?
-Hablaba un montón en un número escolar de vodevil que solíamos hacer en su día. Hacía el papel de un muchacho llamado Patsy Brannigan. Patsy Brannigan era un chico con el pelo rojo y una nariz rara. De ahí sacó Harpo la idea de su peluca. Un tipo le había enseñado un discurso lleno de palabras llamativas y en ocasiones Harpo dejaba al público boquiabierto al pronunciarlo. No entendía la mayor parte de lo que decía, pero le encantaba el discurso
-¿Conseguían hacer reír a la gente en aquellos tiempos?
-De vez en cuando. Especialmente cuando Zeppo salía a escena y decía : “Papá, ha llegado el hombre de la basura”, y yo le contestaba: “Dile que no hoy no queremos”. Otra vez Chico me estrechaba la mano y me decía: “Me gustaría decirle adiós a su esposa”, y yo le respondía: “Y a mí también”
-¿Cómo creó el personaje de Groucho?
-En la época en que interveníamos en espectáculos de variedades de poca monta, iba probando cosas, y si daban resultado las conservaba. Si nadie se reía, las quitaba y escribía otras distintas. Al cabo de poco tiempo ya tenía un personaje
-¿Cuál fue el origen del bigote?
-El bigote surgió cuando estábamos representando un espectáculo llamado Home again (De vuelta en casa) . Mi esposa estaba dando a luz por aquel entonces y solía pasar mucho tiempo en el hospital con ella. Una noche me retrasé más de la cuenta y para cuando quise llegar al teatro se me había hecho demasiado tarde para pegarme el bigote, así que me lo pinté con un poco de pintura. Al público no pareció importarle, así que lo adopté.
-¿Cómo desarrolló los andares de Groucho?
-Un día estaba bromeando y empecé a andar de manera vacilante. Al público le gustó, así que conservé el estilo.
-¿Cuál fue su primer gran éxito?
-Una obra llamada I’ll say she is (Y tanto que lo es).
-¿No es usted amigo de Orson Welles?
-Bueno, he hecho muchas cosas con él. Comedias. Es un tipo grandioso haciendo de payaso serio para las réplicas. También es grandiosamente orondo.
-¿No era usted también amigo de Humphrey Bogart?
-Me pasaba el tiempo libre en su casa. Era un anfitrión maravilloso. Se metía dos o tres vasos de licor y se montaba en su yate para perder de vista a Lauren Bacall. No es que ella no le gustara. Simplemente le gustaba estar rodeado de hombres.
-Los hermanos Marx tienen también cierto número de amigos literatos. ¿No mantuvo usted correspondencia con T S. Eliot?
-Él me escribió primero. Me dijo que era un admirador mío y que le gustaría tener mi fotografía. Así que le mandé una fotografía. Y él me la devolvió con una nota que decía: “quiero una foto suya fumando un puro”. Así que le envié una. Más adelante me dijo que sólo había tres personas que le importaran: William Butler Yeats, Paul Valery y Groucho Marx. Tenía las tres fotografías en su despacho. Cuando fui a visitarle, pensé que querría hablar sobre todos aquellos libros importantes que había escrito, como Murder in the cathedral (Asesinato en la catedral). Pero quería hablar de los Hermanos Marx. Naturalmente, nos hicimos muy amigos y mantuvimos una abundante correspondencia. Hablé en su funeral.
-¿Por qué son hoy más serios (o menos graciosos) de lo que solían serlo las películas y los libros?
-Ya no quedan cómicos. Chaplin ya no trabaja; es demasiado viejo y no puede. Mae West no es demasiado vieja, pero no quiere trabajar. Buster Keaton ha muerto. W. C. Fields ha muerto. Laurel y Hardy han muerto. Y Jerry Lewis no me ha hecho reír desde que dejó a Dean Martin. Una de las razones por las que ya no hay cómicos es que no hay sitio donde pueda formarse un actor cómico.
-¿Cómo se conocieron usted y Chaplin?
-Pues verá, mis hermanos y yo estábamos actuando en Canadá, y Chaplin también. Trabajaba en un número llamado A night at the club (Una noche en el club). Era una representación muy divertida. Recuerdo que participaba una solterona enorme que solía cantar y, mientras lo hacía, Chaplin masticaba una manzana y le escupía las semillas en la cara. El caso es que un día que estábamos en Winnipeg, mis hermanos se fueron a buscar unos billares donde matar tres horas antes de salir para la costa. Dado que yo no jugaba al billar, que no juego a las cartas ni hago apuestas, y sólo fumo ocasionalmente -justo lo suficiente para toser-, me fui a dar un paseo y pasé ante un teatro desvencijado, el Sullivan-Considine. Oí una carcajada estruendosa y pagué mis 10 centavos. Entré y allí, sobre el escenario, había un tipo pequeño andando en círculos de un modo un tanto peculiar. Era Chaplin. El mejor actor que he visto en mi vida. Todo pantomima.
-Háblenos de alguno de los otros grandes cómicos que ha conocido. ¿Qué hay de Buster Keaton?
-Inventaba gags para Harpo cuando estábamos en la MGM.
-¿En qué películas?
-A night in the opera (Una noche en la ópera) , A day at the races (Un día en las carreras), Go West (Los Hermanos Marx en el Oeste)... Por aquel entonces estaba arruinado, pero era fantástico para Harpo. Harpo necesitaba buenos gags, y Keaton era un cómico incomparable en las películas mudas.
-¿Tiene alguna favorita entre las películas que los Hermanos Marx hicieron para la MGM?
-Me gustaron Duck soup (Sopa de ganso) y Horse feathers (Plumas de caballo), y me gustan partes de Animal crackers (El conflicto de los Marx), pero creo que mi favorita es A night at the opera (Una noche en la ópera).
-¿Por qué?
-Porque tiene escenas estupendas, escenas muy divertidas. Como la del camarote en el que me reúno con la señora Claypool, interpretada por Margaret Dumont. Tengo una cita con ella, y cuando llega a mi habitación salen de ella 14 personas. Disfruté de todas mis escenas románticas con Margaret Dumont. Era una mujer maravillosa. Era la misma fuera del escenario que encima de él, una matrona estirada y muy digna. Y lo más gracioso de todo es que nunca comprendió los chistes.
-Tras A night in Casablanca (Una noche en Casablanca) hizo usted tres películas seguidas sin sus hermanos. No son las más valoradas por el público, ¿cierto?
-No, y tampoco son películas. Después de Casablanca hice Copacabana, A girl in every port (Un amor en cada puerto) y más tarde Double dynamite (Una rubia peligrosa). La última fue una catástrofe de tal calibre que estuvo a punto de arruinar al estudio.
-La última película de los Hermanos Marx, Amor en conserva, se rodó en 1950, y ese mismo año emprendió usted una nueva carrera con el concurso televisivo Apueste su vida. ¿Le gustó hacer ese programa?
-Puede apostar su vida a que sí. Ahí están algunas de las mejores cosas que he hecho.
-¿Qué significado tenía el pato en sus programas de televisión y en sus películas?
-Es más fácil improvisar un chiste sobre un pato que sobre un elefante.
-¿Cómo era Hollywood cuando apareció usted por aquí?
-Bueno, yo era mucho más joven.
-Eso se da por supuesto ¿Cuándo se vino a vivir aquí?
-Llegamos en 1930 desde Nueva York, firmamos inmediatamente con la Paramount e hicimos 12 películas con ellos.
-A juzgar por los periódicos de la época, se diría que los Hermanos Marx pusieron la ciudad patas arriba.
-La pasamos bien. Éramos jóvenes. Pero no creo que la ciudad haya cambiado gran cosa, excepto porque hay menos estudios por culpa de la televisión.
-¿Le interesaría actuar en alguna otra película?
-No. No a menos que fuera un gran papel, que los horarios fueran cortos y que me pusieran carteles para que no tuviera que memorizarlo todo.
-John Casavetes ha dicho que es usted el mejor actor que jamás haya vivido.
-Estaba borracho.
-Pues hay muchos actores jóvenes que admiran el modo en que juega consigo mismo en la pantalla.
-Bueno, juego conmigo mismo, desde luego, pero mayormente fuera de la pantalla.
-¿Qué haría si se retirara por completo?
-Recibiría algún mensaje de vez en cuando y me afeitaría y daría un paseo. De todos modos, no pienso retirarme. Me gustaría morir sobre el escenario, pero no tengo planes de morirme en absoluto.
-¿Qué es lo más satisfactorio que ha hecho en su vida?
-Fui a Alemania, y mientras estaba allí, me mostraron la tumba de Hitler y bailé sobre ella. Nunca he sido un gran bailarín, pero Dios, ¡ese día estuve sublime!
-¿Qué se siente al tener 83 años?
-Sigo vivo. Eso es todo. Sé que aún sigo vivo porque me despierto por las mañanas. Si no me despertara, eso significaría que estaría muerto. Pero, ahora que hablamos de no saber si está uno vivo o muerto, recuerdo que una vez visité la oficina de The New York Times y me enseñaron mi necrológica. No era gran cosa. Me ofrecí a mejorarla, pero rechazaron mi oferta.
-¿Qué clase de cigarros fuma?
-Éste viene de La Habana. Cuesta cuatro dólares. Habano de verdad, no de los de las islas Canarias.
-Se dice que los mentirosos son grandes contadores de chistes. ¿Cuál es su historia favorita?
-¿Limpia o sucia?
-Simplemente graciosa
-Pues verá, una puta toma a un cliente. No, una mujer casada agarra a un tipo, se lo lleva a su apartamento y se van a la cama. Cuando están en pleno acto, el hombre dice: “Nunca me había acostado con una mujer como tú. Eres la mujer más extraordinaria en la cama que jamás haya conocido. No soy un hombre religioso, pero cuando muera, si existe el más allá, pienso volver a buscarte, no importa en qué parte del mundo estés”. Y ella le dice: “Bueno, pero por favor procura hacerlo por las tardes”.

lunes, 17 de marzo de 2008

Osvaldo Soriano, dos novelas demasiado recomendables.

Osvaldo Soriano nació en Mar del Plata en enero de 1943. En 1973 publicó su primera novela Triste, solitario y final, traducida a doce idiomas. En 1976, después del golpe de Estado, Soriano se trasladó a Bélgica y luego vivió en París hasta 1984, año en que regresó a Buenos Aires. En 1983 se conoció en Buenos Aires No habrá mas penas ni olvido, llevada al cine por Héctor Olivera, que ganó el Oso de Plata en el festival de cine de Berlín. En 1983 se publicaron seis ediciones de Cuarteles de invierno, ya considerada la mejor novela extranjera de 1981 en Italia, y llevada dos veces al cine. En 1984 apareció Artistas, locos y criminales , y en 1988 Rebeldes, soñadores y fugitivos, colecciones de textos e historias de vidas. Ese mismo año se publicó A sus plantas rendido un león, la novela de más éxito editorial de los últimos años. Entre 1989 y 1990 escribió Una sombra ya pronto serás, llevada al cine en 1994 una vez más por Héctor Olivera .
En 1993 publica Cuentos de los años felices, historias cortas, la mayoría de las cuales aparecieron en el periódico Página/12, del cual Soriano es asiduo colaborador.Las novelas Triste, solitario y final, No habrá más penas ni olvido, Cuarteles de invierno y A sus plantas rendido un león han sido publicadas en veinte países y traducidas a los idiomas inglés, francés, italiano, alemán, portugués, sueco, noruego, holandés, griego, polaco, húngaro, checo, hebreo, danés y ruso. Murió el 29 de enero de 1997 en la Ciudad de Buenos Aires.


A SUS PLANTAS RENDIDO UN LEON.
"Se miente más de la cuenta / por falta de fantasía; / también la verdad se inventa", escribió Antonio Machado. Desborde de fantasía en esta vertiginosa novela de Osvaldo Soriano que se hunde profundamente en la verdad y la realidad: nuestra realidad, hecha de anhelos y frustraciones, de arrebatos y desiluciones, que nunca agotan la capacidad de fervor. Invención, realismo intenso, gracia delirante, mordacidad pero sin duda honda ternura en la historia narrada por Osvaldo Soriano.
Bongwutsi: un país africano que "ni siquiera figura en el mapa". Allí vive un argentino usurpando la condición de cónsul de su país, hundido en la pobreza y enardecido de entusiasmo por el reciente estallido de la guerra de Malvinas. En disputa permanente con el embajador inglés; inexplicablemente entrampado en una trama donde se suceden conspiraciones con enviados de las grandes potencias mundiales, una interrumpida relación amorosa, los sueños de liberación y grandeza del inhallable -y ubicuo- Bongwutsi, una revolución desorganizada, la entrada triunfal al país de un ejército de monos... El vértigo narrativo no se interrumpe, la invención y la verdad se alían en el desborde de una fantasía indeclinable. El ímpetu narrativo de Osvaldo Soriano llega a su punto máximo en este relato fascinante.

NO HABRA MAS PENAS NI OLVIDO
La acción transcurre en los últimos años de Peron en Argentina (1973-1974), el peronismo se divide y se desmorona debido a las extraordinariamente diversas facciones que lo componen. Desde la extrema derecha a la extrema izquierda tienen cabida en el peronismo, y todos creen ver a Peron como jefe de su facción y cómplice suyo. En un pueblo a las afueras de Buenos Aires, el intendente va a ser detenido por la policía acusado de revolucionario izquierdista. Las traiciones y las solidaridades componen una historia amarga, dura y cruel (pero atrapante), aperitivo de lo que hubo de venir poco tiempo después.
"¿Cómo narrar una guerra en la que todos se matan y mueren invocando a un Ausente? Sólo Soriano supo hacerlo. Y lo hizo de la única manera posible: como si corriera.
Porque perseguía hechos escurridizos. Y sabía que, si uno solo de ellos se le escapaba, no lograría reflejar cómo fue posible que un peronista muriera por la exacta, idéntica causa por la que él mataría a ese otro peronista que ahora
estaba matándolo."
José Pablo Feimann

domingo, 16 de marzo de 2008

Joe Cocker

John Robert Cocker (Joe Cocker para los del barrio) nació el 20 de mayo de 1944, en Sheffield, Inglaterra. Ha hecho fama como músico de rock y blues, y su repertorio incluye canciones de Los Beatles, George Harrison, Stevie Wonder y Bob Dylan, entre otros.

Inició él su carrera musical participando en algunas pequeñas bandas de su ciudad. La primera de ellas se llamaba The Avengers, seguida de Big Blues en 1963 y The Grease Band en 1966. Su primer single, llamado I’ll Cry Instead, contenía varios covers de los Beatles. Después de éxitos menores en Gran Bretaña con el single Marjorine, tuvo su momento de éxito con una version innovadora de With a Little Help from My Friends, de La Banda de Corazones Solitarios del Sargento Pimienta, en la cual participaba al guitarrista principal de Led Zeppelin Jimmy Page, liderando la lista de singles de Gran Bretaña en noviembre de 1968 por una semana.

En 1969 participó en el Festival de Woodstock, donde interpretó las siguientes canciones:
"Delta Lady"
"Some Things Goin' On"
"Let's Go Get Stoned"
"I Shall Be Released"
"With a Little Help from My Friends"

Luego, logró un segundo éxito en Gran Bretaña con la canción de Leon Russell Delta Lady, y más tarde con sus covers de The Beatles, en especial en 1970 con su version de She Came in Through the Bathroom Window del Abbey Road.
También disfrutó varios éxitos en los Estados Unidos, con Cry Me a River y Feelin' Alright de Dave Mason. En 1970 su cover del famoso tema The Letter de The Box Tops, que apareció en álbum en vivo Mad Dogs and Englishmen, se convirtió en su primera canción en ser posicionada entre las 10 mejores en Estados Unidos.

En 1969 fue invitado al Ed Sullivan Show. En el escenario, mostró una intensidad física jaggeriana, agitando sus brazos y simulando tocar una guitarra en el aire,

Su repertorio más reciente (hablamos de las últimas dos décadas) incluye:
"Up Where We Belong", (Canción ganadora del Academy Award escrita por Buffy Sainte-Marie e interpretada por Jennifer Warnes para la película An Officer and a Gentleman)
"You Are So Beautiful"
"You Can Leave Your Hat On"
"When The Night Comes"
"N'oubliez Jamais"
"Unchain My Heart"
"Feels Like Forever", de la película The Cutting Edge.

Cocker participó de la apertura de Woodstock '94, como uno de los pocos que habían tocado en el festival original en 1969.


Joe Cocker cantando With a Little Help Of My Friends en Woodstock

Rank-veintisiete de los seres que parecen humanos pero no lo son

1) Los ball-boys
2) Los mimos
3) Los heladeros
4) Los pelirrojos
5) Los heladeros pelirrojos, peor
6) Por eso nunca hay heladeros pelirrojos, sería demasiado. O un heladero pelirrojo ball-boy
7) Los del servicio técnico.
8) Del servicio técnico de lo que sea, son todos iguales. Acaso sean incluso los mismos. Y sean todos pelirrojos. O mimos.
9) O tal vez atiendan en una heladería a contraturno: nadie espera nada de ellos
10) Los locutores de publicidad
11) Las secretarias. Todas.
12) Los bateristas.
13) Levante la mano el que conozca al menos un baterista pelirrojo.
14) Prueba concluyente: los bateristas no son humanos. Algunos ni siquiera se esfuerzan por parecerlo.
15) Un heladero pelirrojo ball-boy que sea secretario en un servicio técnico y toque la batería.
16) Los contadores de chistes, y todo el staff de Video Match
17) Los que van con el paraguas por la parte de los techitos
18) Los que pintan grafittis
19) Los locutores que pintan graffitis
20) Y que cuentan chistes, además. Degenerados...
21) Los vendedores de diccionarios o enciclopedias
22) Las vendedoras de teléfonos celulares
23) Los enviadores de mensajes de texto
24) Los bailarines de salsa
25) Que además de no ser pelirrojos, tampoco son bateristas o locutores. A decir verdad, ni siquiera parecen humanos.
26) Viviana Canosa.
27) Y sus panelistas.


Esta semana en nuestras góndolas: Chico Cesar y Pedro Guerra cantando una monísima canción de Chico, el Flaco cantando Ahívalcapitánbetoporelespacio en el programa de Badía por el canal 13 (alabadoseaDios), y una página que te hace los machetes (uno no deja de sorprenderse; para colmo es fantástica).


Dijo Manuel Saraceni,
el que en las fotos siempre sale con los ojos cerrados

sábado, 15 de marzo de 2008

Cosas que pasan

Yo: ¿Él lo hizo por usted?¿Él dejó el alcohol y las drogas, él le pidió perdón a sus hijos, él volvió con su marido, él pagó el alquiler de su casa, él ordenó su ropa, él peinó su cabello, él se excusó ante sus vecinos y pintó su dormitorio?¿Él hace sus mandados y le paga los impuestos, él pone en hora su reloj, él revisa su agenda y atiende su teléfono?
Ella: No.
Yo: Entonces el mérito es exclusivamente de usted.
Ella: Tal vez.
Yo: ¿Y entonces por qué fue a ver a Palau?

viernes, 14 de marzo de 2008

Entrevista a Robert "Willy" James

Entrevista al pensador y articulista texano Robert "el Willy" James, publicada en la ultima entrega de la revista "The Hurlingam times".
Realizada por el periodista Bonzo Petorutti.
Traducción de Juan Carlos Escabeche.


P-Qué tal Robert, como anda usted?
R-Oh, mejor que nunca amigo, mejor que nunca
P-¿A que se debe esta felicidad Robert?
R-A que amo esta patria, y a sus gobernantes, por otro lado estoy triste y preocupado: le queda poco tiempo a George...
P-Claro, por lo visto es seguidor de George W. Bush.
R-Pero, ¿qué pregunta es esa?, Claro que si, nunca vi semejante presidente con semejantes decisiones, por dios, que semejante hombre tan semejantemente capacitado y correcto.
P-Aja, ¿y qué opina de la ultima decisión tomada por su presidente, respecto a la vetación de la ley que prohibía la pena de muerte?
R-Hombre le acabo de decir que apoyo todo lo que haga este tipo. Claro que estoy de acuerdo, mire muchacho, estas cosas son necesarias para el desarrollo del mejor país del mundo, y obviamente para defender al mundo del terrorismo como lo venimos haciendo hace ya varias décadas, ¡claro que si! A veces algunos pequeños sacrificios son necesarios para llevar el bien a los pueblos de todo el mundo. Qué son ciento cincuenta presos frente a millones de necesitados. Dios mio, que sería de este mundo sin un George Bush.
P-Claro, claro...
R-Si, ¡claro, claro...!
P- ¿Usted a que se dedica?
R-Tengo una pequeña empresa, oh sí, una pequeña empresa.
P-¿Se puede saber de que?
R-Ejem, no, no. No me trajeron aquí para hablar de mi vida privada...
P-Claro entonces, con respecto a la guerra de Irak, ¿qué opina usted?
R-¿Guerra? Pero por favor hombre, eso no es guerra, es ayuda pura. ¿Sabes?, ese pueblo necesita la intercepción nuestra, el terrorismo arrasa y la cooperación con los pueblos cercanos es importantísima, estamos haciendo esfuerzos terribles para salvar a la población iraquí de los malditos árabes. Nosotros sólo queremos protegerlos a ellos y al resto de los países, que se ven amenazados por el poderío de las armas de destrucción masiva, que tan bien han escondido.
P-Ajá, ajá, ¿qué opina de los demócratas?
R-Corruptos, malvados. Claro que si.
P-Claro, se define como "republicano"...
R-Emm, si claro, republicano, doy lo imposible por la república.
P-Bueno... volvamos al terrorismo, las torres gemelas, ¿qué opina?
R-Dios, que terrible, cuanta maldad junta, nos van a destruir el mundo, hay que pararlos muchacho, hay que pararlos. ¡Es gente muy mala, muy mala, claro que si, tienen la maldad y la corrupción inyectadas en su sangre!. ¿Qué hicieron los Estados Unidos, para que nos odien tanto? termino pensando que es envidia, somos un pueblo ejemplar, con políticos ejemplares, y ¡hasta ayudamos a otros pueblos! Oh no, no se puede pedir más, ¡claro que no! Es una suerte que hayan caído las Torres Gemelas. Nadie pudo volver a decir que no era justo aclarar Irak.
P-¿Una suerte?
R-¿Eso he dicho? Ejem, bien, quise decir que era una desgracia, aunque una suerte. Pero una desgracia, eh.
P-Bien Robert, para terminar un ping pong: ¿Fidel Castro?
R-Corrupto, malvado
P-¿Bin Laden?
R-¡Corrupto, malvado!
P-Hugo Chávez
R-¿Perdón?
P-El presidente de Venezuela
R-¿¿De donde??
P-Está bien, por último, ¿George Bush?
R-El salvador, el mesías, un verdadero hombre, sencillo, humilde, democrático, en ejemplo de persona.
P-Muchas gracias Robert
R-De nada hijo, ¡viva Texas! ¡viva Estados Unidos!

miércoles, 12 de marzo de 2008

Tres sonetos de Joaquín Sabina

Manga por hombro

Sancionar la inocencia del culpable,
desaprender el código aprendido,
quitarle la razón al razonable,
dormir con la mujer de su marido.

Almacenar sustancias inflamables,
cultivar el silencio y el ruido,
pintar de azul los días laborables,
exhumar las memorias del olvido.

Hacerle carantoñas a la suerte,
subir de tres en tres las escaleras,
repoblar con sirenas los pantanos.

Matar al cristo de la muerte,
bailar alrededor de las hogueras,
manga por hombro, como los gitanos.


Qué bueno era

Que no falte un pisco en mi velorio
ni un jalisco chingón de despedida,
respirar es un lujo transitorio,
hay vida más allá pero no es vida.

Evitadle al fiambre,¡qué bueno era!,
el rip de la portera y el pariente,
el gori-gori de la plañidera
que no tenga mi cuerpo tan presente.

Y apuré, vanidad de vanidades,
despues de demasiadas madrugadas,
el puré de cicuta que resume.


Con pepitas de oro

Vencido sin honor en más combates
que Aureliano, el menor de los Buendia,
harto de biselarte escaparates
a los charlines de la hipocresia.

Hastiado del servil dime y direte
de los que matan por calmar el flato,
tiré, por el desagüe del retrete,
los títulos, la pompa y el boato.

Y tarde, a la recherche du temps perdido,
partí, otra vez, en dirección contraria
de los que están de vuelta y nunca han ido.

No me vais a creer, pero el tesoro
enterrado en la isla Barataria
era silencio con pepitas de otro.





lunes, 10 de marzo de 2008

Portugueses, Rodolfo Walsh


"Recuerdo cómo salimos en tropel los jugadores de ajedrez... y cómo, a medida que nos acercábamos a la plaza San Martín nos íbamos poniendo serios y éramos cada vez menos, y al fin, cuando crucé la plaza, me vi solo".

R.W., Operación masacre.


Rodolfo Walsh fue un periodista y escritor argentino, nacido en Choele-Choel, provincia de Río Negro, en 1927. En los años cincuenta, ingresó a la editorial Hachette, donde trabajó como corrector de pruebas de imprenta, lector, antólogo y traductor. Colaboró también en las revistas Leoplán y Vea y Lea. En 1953 publicó Variaciones en rojo y la primera antología de cuentos policiales argentinos.

En la noche del 10 de junio de 1956, mientras jugaba al ajedrez en el club Capablanca de La Plata, recibió las primeras noticias sobre el levantamiento de los generales Valle y Tanco; seis meses después comenzó su investigación sobre los fusilamientos clandestinos de civiles en los basurales de José León Suárez. Al año siguiente, apareció Operación Masacre con el que Walsh inauguró en la Argentina la novela de no ficción, en la cual la investigación periodística sirve de punto de partida para la narración de hechos reales por medio de procedimientos ficcionales. Tanto en este libro como en sus investigaciones posteriores (¿Quién mató a Rosendo? de 1969 y El caso Satanovsky de 1973), Walsh incorporó las técnicas de la investigación periodística y los procedimientos del género policial, como el uso del enigma y del suspenso, politizando sus estrategias centrales.

En 1959 viajó a Cuba para participar de la fundación de la agencia de noticias Prensa Latina. En los años sesenta, estrenó dos obras teatrales (La batalla, 1964, y La granada, 1965) y publicó dos libros de cuentos (Los oficios terrestres, 1965, y Un kilo de oro, 1967). En enero de 1973 apareció su último relato de ficción, Un oscuro día de justicia, editado por la editorial Siglo XXI, cuyo prólogo, titulado “Hoy es imposible en la Argentina hacer literatura desvinculada de la política”, fue una primera versión de una entrevista, que Ricardo Piglia le hubiera realizado en marzo de 1970. A partir de ese momento, Walsh abandonó la escritura de ficciones para dedicarse a la militancia política, primero en las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) y luego en la organización Montoneros. Como periodista, dirigió el semanario de la CGT de los Argentinos a partir de mayo de 1968 y participó como fundador y redactor del diario de orientación montonera Noticias, en 1973. Bajo la dictadura militar de 1976, organizó la Agencia Clandestina de Noticias y la Cadena Informativa.

El 25 de marzo de 1977, un pelotón especializado lo emboscó en las calles de Buenos Aires para detenerlo vivo, pero Walsh se resistió y fue herido de muerte. Su cuerpo nunca apareció. El día anterior había escrito su Carta Abierta a la Junta Militar, donde denunciaba el terrorismo de Estado.


Portugueses

1)
El primer portugués era alto y flaco.
El segundo portugués era bajo y gordo.
El tercer portugués era mediano.
El cuarto portugués estaba muerto.
2)
-¿Quién fue? -preguntó el comisario Jiménez.
a. Yo no -dijo el primer portugués.
b. Yo tampoco -dijo el segundo portugués.
c. Ni yo -dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba muerto.
3)
Daniel Hernández puso los cuatro sombreros sobre el escritorio.
El sombrero del primer portugués estaba mojado adelante.
El sombrero del segundo portugués estaba seco en el medio.
El sombrero del tercer portugués estaba mojado adelante.
El sombrero del cuarto portugués estaba todo mojado.
4)
-¿Qué hacían en esa esquina? -preguntó el comisario Jiménez.
a. Esperábamos un taxi -dijo el primer portugués.
b. Llovía muchísimo -dijo el segundo portugués.
c. ¡Cómo llovía! -dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués dormía la muerte dentro de su grueso sobretodo.
5)
-¿Quién vio lo que pasó? -preguntó Daniel Hernández.
a. Yo miraba hacia el norte -dijo el primer portugués.
b. Yo miraba hacia el este -dijo el segundo portugués.
c. Yo miraba hacia el sur -dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba muerto. Murió mirando al oeste.
6)
-¿Quién tenía el paraguas? -preguntó el comisario Jiménez.
a. Yo tampoco -dijo el primer portugués.
b. Yo soy bajo y gordo -dijo el segundo portugués.
c. El paraguas era chico -dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués no dijo nada. Tenía una bala en la nuca.
7)
-¿Quién oyó el tiro? -preguntó Daniel Hernández.
a. Yo soy corto de vista -dijo el primer portugués.
b. La noche era oscura -dijo el segundo portugués.
c. Tronaba y tronaba -dijo el tercer portugués.
El cuarto portugués estaba borracho de muerte.
8)
-¿Cuándo vieron al muerto? -preguntó el comisario Jiménez.
a. Cuando acabó de llover -dijo el primer portugués.
b. Cuando acabó de tronar -dijo el segundo portugués.
c. Cuando acabó de morir -dijo el tercer portugués.
Cuando acabó de morir.
9)
-¿Qué hicieron entonces? -preguntó Daniel Hernández.
a. Yo me saqué el sombrero -dijo el primer portugués.
b. Yo me descubrí -dijo el segundo portugués.
c. Mi homenaje al muerto -dijo el portugués.
Los cuatro sombreros sobre la mesa.
10)
a. Entonces ¿qué hicieron? -preguntó el comisario Jiménez.
b. Uno maldijo la suerte -dijo el primer portugués.
c. Uno cerró el paraguas -dijo el segundo portugués.
d. Uno nos trajo corriendo -dijo el tercer portugués.
El muerto estaba muerto.
11)
a. Usted lo mató -dijo Daniel Hernández.
b. ¿Yo señor? -preguntó el primer portugués.
c. No, señor -dijo Daniel Hernández.
d. ¿Yo señor? -preguntó el segundo portugués.
e. Sí, señor -dijo Daniel Hernández.
12)
-Uno mató, uno murió, los otros dos no vieron nada-dijo Daniel Hernández.
Uno miraba al norte, otro al este, otro al sur, el muerto al oeste. Habían convenido en vigilar cada uno una bocacalle distinta para tener más posibilidades de descubrir un taxímetro en una noche tormentosa."El paraguas era chico y ustedes eran cuatro. Mientras esperaban, la lluvia les mojó la parte delantera del sombrero.""El que miraba al norte y el que miraba al sur no tenían que darse vuelta para matar al que miraba al oeste. Les bastaba mover el brazo izquierdo o derecho a un costado. El que miraba al este, en cambio, tenía que darse vuelta del todo, porque estaba de espaldas a la víctima. Pero al darse vuelta, se le mojó la parte de atrás del sombrero. Su sombrero está seco en el medio, es decir, mojado adelante y atrás. Los otros dos sombreros se mojaron solamente adelante, porque cuando sus dueños se dieron vuelta para mirar el cadáver, había dejado de llover. Y el sombrero del muerto se mojó por completo al rodar por el pavimento húmedo.""El asesino usó un arma de muy reducido calibre, un matagatos de esos con que juegan los chicos o que llevan algunas mujeres en sus carteras. La detonación se confundió con los truenos (esa noche hubo una tormenta eléctrica particularmente intensa). Pero el segundo portugués tuvo que localizar en la oscuridad el único punto realmente vulnerable a un arma tan pequeña: la nuca de su víctima, entre el grueso sobretodo y el engañoso sombrero. En esos pocos segundos, el fuerte chaparrón le empapó la parte posterior del sombrero. El suyo es el único que presenta esa particularidad. Por lo tanto es el culpable."

El primer portugués se fue a su casa.
Al segundo no lo dejaron.
El tercero se llevó el paraguas.
El cuarto portugués estaba muerto.
Muerto.


Link: Cinco cuentos completos de Rodolfo Walsh

domingo, 9 de marzo de 2008

Hot Pants, la primer banda de Manu Chao

Muchísima gente piensa que los comienzos de Manu Chao se dan con Mano Negra, pero no es así, antes de esta espectacular banda, Manu ya había participado en dos proyectos musicales, que si bien no fueron tan masivos como Mano Negra, tuvieron bastante repercusión en Europa, y musicalmente eran poderosas y contagiosas.
La primera fue la banda Hot Pants, que Manu creo con su primo Santi. Empezó todo como una típica junta de amigos para ganarse unos pesos tocando en el tren, y terminó como un proyecto serio cuando dieron con más músicos para encararlo. El fanatismo de Manu por gente como Elvis, o Chuck Berry, hizo que Hot Pants tuviera una esencia bastante rockera, llegando incluso a dar con estilos tales como el rockabilly, pero a la vez introduciendo facetas latinas, y ritmos originarios de España, como el flamenco y la rumba.

En 1985, grabaron su primer single con las canciones "So many times" y "Lover alone", como este single tuvo éxito en Europa, gravaron en 1986 ( en tan solo dos semanas) el disco "Loco Mosquito" con 13 temas, incluyendo tres covers, "Ay qué dolor" de los Chunguitos (grupo de rumba español), "Rosamaria" de Camarón de la Isla (una de las mejores voces del flamenco) y "Ma Dear" de Chuck Berry. Escuchando el disco, puede uno descifrar a simple escucha (estaría mal decir a simple vista) que se trata de Manu Chao, ya que la amplitud de estilos que tiene es digna de este muchacho. Hay canciones que se pueden relacionar estrechamente con toda la euforia del rock and roll cincuentoso, y otras que van directo a la onda The Clash, con guitarras bien fuertes, y mucho ritmo post-punk.

Por eso en muy poco tiempo luego de realizar muchísimas giras por Europa, se fueron conformando como la banda fuerte de la escena alternativa de Francia y España, alternativa también por estar en medio de una época llena de "pop artificial". La critica habla de un álbum de rock and roll anfetamínico, divertido y sudoroso.

E
l final de Hot Pants llega cuando Santi, primo de Manu, decide dar un paso al costado, provocando la separación total de la banda. Igualmente casi al mismo tiempo se empieza a formar lo que seria Los Carayos, en la cual participarian los 5 músicos mas importantes de la música independiente y alternativa francesa: Toni Chao (hermano de Manu) de los Chihuahua, el propio Manu, que venia de los Hot Pants, Schultz de los Parabellum, Alain de los Wampas y Hadji-Lazaro de los Garáons Bouchers. Con esta banda lograron introducir las cinco lenguas habladas por los distintos integrantes, en las canciones: castellano, francés, inglés, gallego y alsaciano.

C
on la separación de Los Carayos, vendría la formación del gran fenómeno Mano Negra.

Links útiles: La página oficial de Manu
Página con info de Manu y sus bandas

Manu y Hot Pants rockeando en vivo

sábado, 8 de marzo de 2008

Discurso de Fontanarrosa en el Congreso de la Lengua Española

Discurso pronunciado por Roberto Fontanarrosa en el Congreso de la Lengua Española celebrado en Rosario:

"No sé que tiene que ver con lo de la internacionalización, que, aparte, ahora que pienso, ese título lo habrán puesto para decir que una persona que logra decir correctamente in-ter-na-cio-na-li-za-ción es capaz de ponerse en un escenario y hablar algo —porque es como un test que han hecho—.
Algo tendrá que ver el tema, éste, el de la malas palabras, por ejemplo, con éste, como el que decía el amigo Escribano (José Claudio Escribano), se nota que es tan polémica esta mesa que es la única a la que le han asignado un «escribano» para que se controle todo lo que se dice en ella.
Creo que es un aporte real en cuanto al intercambio, me ha tocado vivir cuando he tenido que acompañar a la selección argentina a partidos (de fútbol) en Latinoamérica. El intercambio que hay en esos casos de este lenguaje es de una riqueza notable; es más, en Paraguay nos decían «come gatos» que es, estrictamente para los rosarinos, «un rosarinismo».
Un Congreso de la Lengua, es más que todo, para plantearse preguntas. Yo como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal. ¿Quién y por qué?, ¿quién dice qué tienen las malas palabras?, ¿o es que acaso les pegan las malas palabras a las buenas?, ¿son malas porque son de mala calidad?, o sea que ¿cuando uno las pronuncia se deterioran? o ¿cuando uno las utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral?
Obviamente, no se quién las define como malas palabras, tal vez sean como esos villanos de viejas películas como las que nosotros veíamos, que en un principio eran buenos, pero que al final la sociedad los hizo malos.
Tal vez nosotros al marginarlas, las hemos derivado en palabras malas, lo que yo pienso es que brindan otros matices muchas de ellas. Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se preguntará: ¿qué hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto más matices tenga uno, más puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo, entonces, ¿hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunos incluso por contextura física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de disminución neurológica realmente agresivo.

El secreto de la palabra pelotudo, ya universalizada —no sé si está en el diccionario de dudas—, está en que también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede hacer referencia a algo que tiene pelotas que puede ser un utilero de fútbol que es un pelotudo porque traslada las pelotas; pero lo que digo, el secreto, la fuerza; está en la letra t. Analicémoslo —anoten las maestras—: está en la letra t, puesto que no es lo mismo decir zonzo que decir peloTudo.

Otra cosa, hay una palabra maravillosa que en otros países está exenta de culpa —esa es otra particularidad, porque todos los países tienen malas palabras pero se ve que las leyes de algunos países protegen y en otros no—, hay una palabra maravillosa, decía, que es carajo. Yo tendría que recurrir a mi amigo y conocedor, Arturo Pérez Reverte, conocedor en cuanto a la navegación, porque tengo entendido que el carajo era el lugar donde se colocaba el vigía, en lo alto de los mástiles de los barcos para divisar tierra o lo que fuere, entonces mandar a una persona al carajo era estrictamente eso, mandarlo ahí arriba.
Amigos mexicanos con los que estuve cenando anoche me estuvieron enseñando una cantidad de malas palabras mexicanas. Ahora que lo pienso creo que me estaban insultando porque se suscitó un problema con la cuenta a la hora de pagar. Me explicaban, que las islas Carajo son unas islas que están en el océano Indico.
En España, el carajillo es el café con coñac y acá apareció como mala palabra, al punto que se llega a los eufemismos se decía caracho es de una debilidad absoluta y de una hipocresía… ¿no?
A veces hay periódicos que ponen: «El senador fulano de tal envío a la M... a su par». La triste función de esos puntos suspensivos, realmente el papel absurdo que están haciendo ahí, merecería también una discusión acá, en el Congreso de la Lengua.
Voy a ir cerrando, hay otra palabra que quiero apuntar que creo es fundamental en el idioma castellano, que es la palabra «mierda», que también es irremplazable. El secreto de la contextura física está en la r —anoten las docentes— porque es mucho más débil como lo dicen los cubanos: miELda, que suena a chino y eso —yo creo que ahí está la base de los problemas que ha tenido la Revolución cubana—, quita de posibilidades de expresiva.
Voy cerrando, después de este aporte medular que he hecho al lenguaje y al Congreso, lo que yo pido es que atendamos a esta condición terapéutica de las malas palabras. Mi psicoanalista dice que es imprescindible para descargarse, para dejar de lado el estrés y todo ese tipo de cosas. Lo único que yo pediría (no quiero hacer una teoría) es reconsiderar la situación de estas palabras. Pido una amnistía para la mayoría de ellas. Vivamos una navidad sin malas palabras e integrémoslas al lenguaje, que las vamos a necesitar."

Rosario, 2004


Video del discurso (Parte I)



Video del discurso (Parte II)


("Esta ciudad tiene bellas mujeres y buen fútbol. Qué más puede ambicionar un intelectual...")

viernes, 7 de marzo de 2008

¿Y la música?

Cada vez son menos los grupos que intentan lanzarse solos por el sinuoso camino de la música, sin ningún tipo de ayuda, con tan solo sus canciones y muchas ganas. Deboran calles buscando algún barsucho para tocar, o algún pub que no cobre mucho. Es que cada vez se hace más difícil en todo sentido. Además de las complicaciones económicas que aparecen siempre, el comercio no para de envolver mas y mas cosas, y la música es una de ellas. Ya pasó con el fútbol, pasó con muchos medios de comunicación y ahora está pasando con la música. Los empresarios de este arte se encargan de investigar el mercado, las modas, y todo lo que este "pegando" para luego elegir a las caras correctas, (porque ni siquiera se eligen músicos), y crear nuevas bandas, o grupos que cantan canciones cuadradas, con pegadizos estribillos, letras sencillas, y claro, lo fundamental linda ropa.
Este fenómeno es el que le está sacando constantemente las chances a las bandas que se intentan forjar de abajo, pero que son pocas veces escuchadas, y tomadas en cuenta por las productoras, que solamente tienen ojos para las que puedan a llegar a pegar con la moda del momento, o mejor dicho solamente tienen plata para crear nuevos "músicos-modelos".
Ya casi no se ven redonditos de ricota, sumos, ni fabulosos cadillacs, ni charlys, ni leones, pocas son las bandas con calidad que pueden ser apreciadas por todo el mundo, si apenas aparecen sonando por ahí 2 o 3 bandas nuevas de rock, son de pésima calidad, pero sin embargo se ponen de moda, y son capturadas por alguna empresa que hace plata con ellas, vendiendo videos a canales de televisión.
Al fin y al cabo tenemos que seguir escuchando bandas que ya tienen historia, y que por eso recorren radios, y otros medios, caso los piojos, la bersuit, divididos, y algunos otros, pero qué pasará cuando estas bandas ya no existan, qué le depara a la música dentro de 20 años, difícil es saberlo. Por eso, es este el momento de empezar a crear, y luchar por los derechos de la música, para demostrar verdaderamente de que se trata, demostrar que es muchísimo más que la venta de un disco, o un video clip. Por eso vamos las bandas, del estilo que sean, rajen del cielo, y demuestren todo lo que es la música, es hora de ganarle al comercio, es hora de que el arte vuelva a surgir y le gane definitivamente a todas las maldades del capitalismo que con sus empresas intenta hacer que la música no sea música, si no una herramienta mas para seguir llevando gente al gran barco de la ignorancia, con la que intentan manejar el mundo (me fui al carajo).
Que no nos ganen, luchemos por la música, y por el arte.

P
or Ezequiel Bahillo
el que le cree a Marx y a la democracia al mismo tiempo.

jueves, 6 de marzo de 2008

Historia del hombre que se encontró con Dios

El fotógrafo Marcos Zrcickla, tuvo una vez la suerte de encontrarse con Dios arriba de un colectivo. Viajaba él una tarde en un coche de la línea 60 con objetivo incierto, mirando a las mujeres que pasaban por la ventanilla, cuando se sentó a su lado un cincuentón de exagerada elegancia, con un saco importado que le daba clase y superioridad, y una corbata rayada sobre el pecho. Llevaba un agraciado sombrero de ala y decoraba la presencia un sutil y curioso caracol marino en la solapa. A su alrededor, la atmósfera olía a sabiduría y confianza, y su mirada se mostraba atemorizante pero comprensiva. No llevaba anillos, pudo detallar también Zrcickla, sorprendiendo a más de uno con éste gesto de observar detenidamente a una persona del sexo masculino, personas que normalmente no acaparaban su atención.
Pasada la sorpresa de la singularidad, volvió a mirar por la ventanilla con gesto adusto y una mano en el mentón. El hombre comenzó a acercarse cada vez más, hasta que por fin, aventuró:
-¿Sabés quién soy yo?
-Me parece que no, don.
El fotógrafo se sorprendió y lo demostró con su cara de perplejidad, carente de disimulo. Algo en el otro lo ponía intranquilo, lo alarmaba, y al mismo tiempo lo hacía sentirse cada vez más seguro.

El cincuentón cambió su semblante repentinamente. El aire se espesó asfixiante. Un aislamiento sofocante los rodeó. Los brazos de Zrcickla sintiero su vello erizarse, atento a un movimiento inminente. El corazón se le apretaba, como en ese imperceptible cambio en el ambiente que rodea a uno cuando alguien se acerca sin hacer ruido: la diferencia de temperatura, el aire que agitan los mínimos movimientos, la cerrada respiración cerca de la nuca.
-Hombre, es imposible no reconocerme: Yo soy el Eterno, el Uno, el Superior, el Mismísimo, el Poderoso. Soy el Omnipresente, el Testigo, el Creador; soy el Primero, el que da la vida, el que decide, el Altísimo; soy el Misericordioso y Generoso, el Justo, el Divino, el Santísimo, el Soberano, el Padre. Me llaman Adonai Elohim, Shema, Yavéh, el Shadai. Me dicen El Rahum Ve-Hannun, Elyon, Quadosh, El-Hai. Yo soy Dios.
El ambiente volvió a la normalidad de la misma manera que se había alterado, como si las luces hubieran vuelto a iluminar y los sonidos a oírse. Dios sonrió altivo y amenazante. El polaco le tendió la mano sin inmutarse.
-Marcos Zrcickla, un gusto realmente. ¿Qué anda necesitando?
Él insinuó una indignada mueca de asco.
-¿Qué pasa? ¿No lo entendiste? ¿O me estás desmereciendo? Justo a mí, que soy el Único, que soy el Camino, la Llave. Que soy la Paz y el Perdón. Pero también soy la Justicia y el Castigo. ¿Acaso no te apabulla todo lo que Soy y Represento? ¿Acaso conocés algo mejor, conocés las Respuestas? No hay otra opción que rendirse ante Mí, que adorarme. ¿O es que vos podés contestar mis Preguntas? ¿O es que vos podés decirme a Mí, que soy el Conocimiento y la Verdad, lo que es la Muerte, el castigo de los hombres?
-Si me lo pide así, hago el intento. Mire: la Muerte es la máxima expresión de soledad. No se está más sólo que en la Muerte, ni hay mayor desolación que al pensar en ella. Y agrego: peor que morir, es saber que acabaremos por hacerlo.

El silencio fue sepulcral y sugestivo. Él intentó responder, pero no pudo empezar sensatamente la frase. Sus facciones comenzaron lentamente a perder la elegancia, el brillo, la altivez, la distinción. Al cabo de unos momentos, era un cincuentón cansado y apabullado, demasiado preocupado por la apariencia y con un sombrero que le absorbía el cráneo. Zrcickla jura haberlo oído masticar la palabra soledad lánguidamente. Los seres eternos no tienen acceso a todo.
Por segunda vez trató de contestar, replicar, defenderse, pero volvió a resignarse cansado. En su lugar miró por la ventana, frunciendo el entrecejo. Giró la cabeza tratando de leer un cartel en una esquina. El polaco se mostró complaciente y cortés:
-¿A dónde iba, Don?
-Las Heras y Callao, si no me equivoco. Me pasé, ¿no es así? - Sonaba abatido.
-Sí, se pasó…
-¿Mucho?
-Y… yo diría que bastante. Lo suficiente como para que le aconseje tomarse el bondi que va para el otro lado.
Se levantó pesadamente y se acomodó el saco. Miró una vez más por la ventanilla, y enfiló para el fondo. Luego de pensar unos segundos, como si le costara, miró nuevamente a los ojos del fotógrafo.
-Disculpe, pero no tengo monedas…
Zrcickla estiró una pierna y hurgó en sus jeans. Sacó un par de monedas doradas y se las acercó estirando la mano.
-Muchas gracias hombre, muchas gracias. Y disculpe las molestias.
-No, Don, por favor, un gusto. Que Dios lo bendiga.


Narró Manuel Saraceni,
el que llama a sus amigos por el apellido

Lo apolíneo y lo dionisíaco, por Friederich Nietzsche

Lo apolíneo y lo Dionisíaco en la Grecia Antigua

Los dioses griegos, con la perfección con que se nos aparecen ya en Homero, no pueden ser concebidos, ciertamente, como frutos de la indigencia y de la necesidad. Todas estas figuras respiran el triunfo de la existencia, un exuberante sentimiento de vida acompaña su culto. No hacen exigencias: en ellas está divinizado lo existente.

Apolo

El dios de la bella apariencia tiene que ser al mismo tiempo el dios del conocimiento verdadero. Pero así como a aquella delicada frontera que a la imagen onírica no le es lícito sobrepasar para no producir un efecto patológico (pues entonces la apariencia no sólo engaña, sino que embauca), no es lícito que falte tampoco en la esencia de Apolo: aquella mesurada limitación, aquel estar libre de las emociones más salvajes, aquella sabiduría y sosiego del dios-escultor. Su ojo tiene que poseer un sosiego solar: aun cuando esté encolerizado y mire con malhumor, se halla bañado en la solemnidad de la bella apariencia. La mirada, lo Bello, la apariencia, delimitan el ámbito del arte apolíneo; es el mundo transfigurado del ojo, que en sueños, con los párpados cerrados, crea artísticamente. Para poder respetar los propios límites hay que conocerlos: de aquí la admonición apolínea: conócete, a tí mismo. Pero el único espejo en que el griego apolíneo podía verse, es decir, conocerse, era el mundo de los dioses olímpicos: y en éste reconocía él su esencia más propia, envuelta en la bella apariencia del sueño. La mesura, bajo cuyo yugo se movía el nuevo mundo divino, era la mesura de la belleza: el límite que el griego tenía que respetar, era el de la bella apariencia. La finalidad más íntima de una cultura orientada hacia la apariencia y la mesura sólo puede ser, en efecto, el encubrimiento de la verdad.

Dionisios

El arte dionisíaco, en cambio, descansa en el juego con la embriaguez, con el éxtasis. Dos poderes sobre todo son los que al ingenuo hombre natural lo elevan hasta el olvido de sí que es propio de la embriaguez, el instinto primaveral y la bebida narcótica. Sus efectos están simbolizados en la figura de Dionisos. En ambos estados el principium individuationis queda roto, lo subjetivo desaparece totalmente ante la eruptiva violencia de lo general-humano, más aún, de lo universal-natural. El éxtasis del estado dionisíaco, con su aniquilación de las barreras y límites habituales de la existencia, contiene, mientras dura, un elemento letárgico, en el cual se sumergen todas las vivencias del pasado.

Dionisios sobre Apolo. El Principium individuationis.

Esta combinación caracteriza el punto culminante del mundo griego: originariamente sólo Apolo es dios del arte en Grecia, y su poder fue el que de tal modo moderó a Dioniso, que irrumpía desde Asia, que pudo surgir la más bella alianza fraterna. Pero el mundo griego nunca había corrido mayor peligro que cuando se produjo la tempestuosa irrupción del nuevo dios. En la embriaguez dionisíaca, en el impetuoso recorrido de todas las escalas anímicas durante las excitaciones narcóticas, o en el desencadenamiento de los instintos primaverales, la naturaleza se manifiesta en su fuerza más alta: vuelve a juntar a los individuos y los hace sentirse como una sola cosa, de tal modo que el principium individuationis aparece, por así decirlo, como un permanente estado de debilidad de la voluntad. Para aprehender este desencadenamiento global de todas las fuerzas simbólicas se precisa la misma intensificación del ser que creó ese desencadenamiento: el servidor ditirámbico de Dioniso es comprendido únicamente por sus iguales. Por ello, todo este nuevo mundo artístico, en su extraña, seductora milagrosidad va rodando entre luchas terribles a través de la Grecia apolínea.

Friedrich Nietzsche, en El Nacimiento de la Tragedia (1872)

miércoles, 5 de marzo de 2008

Eduardo Galeano, 5 poesias sin desperdicio

Eduardo Galeano (Montevideo, 3 de septiembre de 1940) es un periodista y escritor uruguayo, una de las personalidades más destacadas de la literatura iberoamericana.
Sus libros han sido traducidos a varios idiomas. Sus trabajos trascienden géneros ortodoxos, combinando documental, ficción, periodismo, análisis político e historia.
Comenzó su carrera como periodista a principios de los años 1960 como editor de Marcha (1960-64), un semanario que, bajo la dirección de Carlos Quijano, ejerció fuerte influencia en el pensamiento uruguayo de la época y que contó con contribuciones tales como las de Mario Vargas Llosa, Mario Benedetti, Manuel Maldonado Denis y Roberto Fernández Retamar. Durante dos años editó el diario Época y trabajó como editor en jefe en la prensa universitaria.
En 1973 el golpe militar tomó el poder y, debido a su involucramiento con corrientes marxistas (MLN-T), Galeano fue capturado y luego forzado a escapar. Se estableció en Argentina, donde fundó la revista cultural Crisis.
En 1976, cuando el régimen de Jorge Rafael Videla tomó el poder en Argentina mediante un golpe militar que daría origen a una dictadura, su nombre fue agregado a la lista de aquellos condenados por los escuadrones de la muerte, razón por la cual se vio obligado a huir nuevamente, esta vez a España, donde escribió su famosa trilogía Memoria del fuego.
Eduardo Galeano reside desde 1985 -tras finalizar la dictadura uruguaya- en su Montevideo natal, donde sigue haciendo su literatura y su periodismo de marcado tinte político.


LOS NADIES
Sueñan las pulgas con comprarse un perro y sueñan los nadies con salir de
pobres, que algun mágico día llueva de pronto la buena suerte, que llueva a
cántaros la buena suerte; pero la buena suerte no llueve ayer, ni hoy, ni
mañana, ni nunca, ni en lloviznita cae del cielo la buena suerte, por mucho
que los nadies la llamen y aunque les pique la mano izquierda, o se
levanten con el pie derecho, o empiecen el año cambiando de escoba.
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.
Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la
vida, jodidos, rejodidos.
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la
prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata



EL SISTEMA
Los funcionarios, no funcionan.
Los políticos hablan, pero no dicen.
Los votantes votan, pero no eligen.
Los medios de información desinforman.
Los centros de enseñanza, enseñan a ignorar.
Los jueces, condenan a las victimas.
Los militares están en guerra contra sus compatriotas.
Los policias no conváten los crimenes, porque están
ocupados en cometerlos.
Las bancarrotas se socializan, las ganancias se
privatizan.
Es más libre el dinero que la gente.
La gente, está al servicio de las cosas.


VENTANA SOBRE UNA MUJER
Esa mujer es una casa secreta. (es una fortaleza)
En sus rincones, guarda voces y esconde fantasmas.
En las noches de invierno, humea.
Quien en ella entra, dicen, nunca más sale.
Yo atravieso el hondo foso que la rodea. En esa casa seré habitado.
En ella espera el vino que me beberá.
Muy suavemente golpeo a la puerta, y espero.


VENTANA SOBRE LA UTOPIA
Ella está en el horizonte
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá.
Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré.
¿ Para que sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar.


VENTANA SOBRE EL MIEDO
El hambre desayuna miedo.
El miedo al silencio aturde las calles.
El miedo amenaza:
Si usted ama, tendrá sida.
Si fuma, tendrá cáncer.
Si respira, tendrá contaminación.
Si bebe, tendrá accidentes.
Si come, tendrá colesterol.
Si habla, tendrá desempleo.
Si camina, tendrá violencia.
Si piensa, tendrá angustia.
Si duda, tendrá locura.
Si siente, tendrá soledad..

Aquí pueden encontrar una página completísima sobre Eduardo y acá, otra con más notas escritas por él, además de entrevistas, imágenes, etc.

P
róximamente en lleno de descartes, cartas del Sub Comandante Marcos a Eduardo Galeano, imperdibles.